“El ‘mechoneo’ se adoptó en las universidades chilenas en la década del 60. Creció como una mala copia y debe su nombre al corte de cabello que le realizan a quienes pisan por primera vez una casa de estudios superiores”. Estamos ad portas de ser testigos en las calles de Punta Arenas de escenas poco agradables, pero que año a año se repiten. Se trata de los vejatorios mechoneos a los que se exponen los novatos estudiantes que ingresan a la educación superior. Esta aberrante costumbre data de casi medio siglo en Chile y es la “tradicional” recepción que los universitarios mayores le dan a quienes recién comienzan una nueva vida estudiantil. Los asustados jóvenes deben pasar por pruebas aberrantes, vejaciones físicas, sicológicas y verbales. Es una especie de acoso estudiantil o bullyng pasajero, pero que según sicólogos educacionales puede causar perturbaciones permanentes en quienes deben soportarlas. Es degradante para ellos tener que instalarse en condiciones paupérrimas de ropa, a solicitar dinero para que les devuelvan sus prendas en plenas Avenida Bulnes o Avenida España. Usted y muchos de quienes habitamos en esta zona los hemos visto y el espectáculo no resulta muy simpático si nos situamos en el lugar de aquel joven que se siente absolutamente pasado a llevar. Ojalá esta mala costumbre se erradique de Magallanes. Nuestra región no está para adoptar “tradiciones” inconducentes a la buena convivencia. Estos degradantes ritos llegaron a nuestro país como malas copias de las novatadas españolas, las hazyngs inglesas o las praxes de Portugal, en una de cuyas universidades, en la inauguración del año estudiantil murieron seis alumnos. En los próximos días podrían volver a repetirse estas escenas, ojalá que ello no ocurra en Magallanes y que desde este rincón del mundo se den lecciones de verdaderas bienvenidas a una nueva etapa de la vida.