
El director técnico relató sus momentos más tristes en el Barça, en especial en la última etapa: “Ha habido momentos de mucha tristeza. Como si los focos, de repente, se hubieran apagado. Cuando el FC Barcelona, en 2012, cayó en semifinales de la Liga de Campeones contra el Chelsea fue uno de ellos. Éramos mucho mejores que nuestros rivales, pero concedimos un gol innecesario en la vuelta y antes que nos diéramos cuenta estábamos eliminados. Aquello supuso una gran derrota para mí. Me sentí como si no pudiera volver a levantar a mi equipo”.
Pep confesó su visión de cómo debe liderarse un equipo y su decisión de marcharse a Nueva York: “Liderar un equipo exige toneladas de energía. En otras palabras, hay momentos en los que necesitas recargar las baterías. Eso es lo que yo hice cuando me tomé un año sabático en Nueva York. Fue muy importante para mí, para mi familia y también para mi anterior equipo”.
También habló de cómo entiende el fútbol y cómo llegan las victorias: “No existe una fórmula mágica para ganar. Si la hubiera, el fútbol sería tan sencillo como ir a comprar a un centro comercial: simplemente vas y escoges lo que más te gusta. ¿Dónde quedarían entonces el reto o la emoción? Yo no gané la Copa de Europa inmediatamente. Comencé mi carrera en el Gimnastic de Manresa, un equipo regional de Catalunya”.
Guardiola recordó además sus increíbles éxitos en el Barcelona, donde lideró la mejor época del club: “Fuimos increíblemente exitosos. Catorce títulos en sólo cuatro años, fue el mejor periodo en toda la historia del club. Pero eso puede ser también una losa. Encontré, progresivamente, dificultades para motivarme a mí mismo y al equipo. Con el Barcelona ya lo había ganado todo, tanto como jugador como entrenador. Y me di cuenta que al equipo le estaba resultando cada vez más difícil”.
Estrellas
El ex DT del Barça se refirió a lo dificil que se le hacía manejar un equipo lleno de estrellas: “Con muchas estrellas en la alineación, puedes llegar a situaciones donde la diversidad también puede ser destructiva. Todo el mundo quiere jugar, pero sólo puedes poner a once jugadores en el campo a la vez. A los que deje como suplentes son los que probablemente no estarán contentos con mi decisión. Y entonces, está la presión, por parte de la prensa y de los fans, de tener que seleccionar a determinados jugadores. Cada vez que dejaba a Messi en el banquillo, por ejemplo, se armaba el lío en Barcelona”.
Acerca de su bullado fichaje por el Bayern, declaró: “Mi primer contacto con el Bayern de Munich fue en la Audi Cup de 2011. Tomando un espresso en el VIP Lounge, estuve hablando con Karl-Heinz Rummenigge y con Uli Hoeness sobre mis planes de futuro. El éxito actual del Bayern no se podía prever en el aquel momento. Pero el reto para mí es sencillamente entrenar a un nuevo equipo y continuar los logros conseguidos por mi predecesor, Jupp Heynckes”.