Holanda afronta así la mayor operación de seguridad de su historia, en la que desplegará un dispositivo policial de 13 mil agentes, muy superior al que necesitó durante la coronación de su Rey Guillermo-Alejandro en abril de 2013, cuando ocho mil policías se desplegaron en Ámsterdam.
Al dispositivo policial se le suman otros ocho mil militares que se encargarán de controles fronterizos y la seguridad por mar y aire.
Las primeras medidas afectan a las carreteras de acceso a la ciudad como al centro de congresos donde se celebra la cumbre, en la que 58 líderes políticos y de organizaciones internacionales y cinco mil miembros de sus delegaciones se reunirán para hablar sobre la seguridad del material nuclear, poniendo especial énfasis en prevenir que no caiga en manos de terroristas.