Adquirió un solárium a una empresa internacional en la capital, cuyo monto supera los 4 millones de pesos; recibió la factura, pero del producto desde el mes de julio del 2013, nada se sabe. El sueño de ampliar su negocio y surgir en el rubro de la estética integral, llevaron a Antonieta Ainol Rivera, a postular a un proyecto de gobierno cumpliendo de esta forma con un sin número de requisitos que sorteó satisfactoriamente para el bien de ella.
Todo iba de maravillas según relata, y solo restaba hacer efectiva la compra de lo que sería el plus que tendría su local comercial dedicado a la estética y la belleza.
La adquisición de un solárium, era el sueño de Antonieta, el que además estaba próximo a cumplir, por cuanto con aporte propio y el resto entregado por Sercotec, hacía realidad esta compra la cual quiso hacer a través de una destacada empresa nacional e internacional como lo es ENCO S.A.
Esta empresa con 28 años en el mercado internacional y cuya matriz se encuentra ubicada en España, se dicen llamar líderes en el mercado europeo por su fabricación propia y tecnología de aparatología médico estética, hasta se denominan mundialmente como líder en el concepto de cabinas de solárium y equipos, con distribución en más de 65 países.
Esto fue más que suficiente para adquirir la confianza de Antonieta, quien al tomar contacto con los representantes de ENCO en Santiago, sólo le solicitaban el 50 % del total de la compra, situación que varío el mes después cuando el ejecutivo le solicitó el pago total para mandar a buscar el producto a España.
La entrega de factura por el pago, garantizó dicho trámite, el que además se rindió conforme, dando cuenta que todo estaba en regla, y que el producto ya comenzaba su viaje a Santiago y posteriormente a Magallanes.
Ainol indica que todo esto transcurrió entre el mes de agosto, cuando fue el primer contacto, y en ya en julio se canceló el valor del solárium, valor que superó los 4 millones de pesos, sin contar el pago a parte que se debe efectuar una vez llegado el producto en la región.
Agregó que la fecha de entrega era Octubre, cosa que no sucedió, de allí hablaron de una demora de un mes, lo que no llamó mayormente la atención de la compradora, pero, tampoco llegó.
Ya con esto, la alegría de la microempresaria cambió, del sueño de proyectarse a la preocupación y el temor de ser una víctima de algún delito, cosa que aunque pareciera raro tenía aristas de estar presente frente a una estafa.
Antonieta Ainol, manifiesta que las dudas, hicieron que viajara hasta la capital a pedir explicaciones y hasta el día de hoy el producto por el cual pagó no ha llegado a destino.
A través de un abogado en la capital, Antonieta ya inició las acciones legales, y pese que tuvo un contacto con la casa matriz en España, le manifestaron que no se hacen responsables por lo que hacen las sucursales en el resto del mundo.
Finalmente lo que más le preocupa a la microempresaria víctima de esta estafa, es que, esta situación la afecte en el futuro al querer postular a otros proyectos gubernamentales, por cuanto pese a tener la factura que acredita la utilización de dineros fiscales a los que accedió, pueda dañar su condición como eventual favorecida en inversiones por parte del Estado.