El obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, denunció el tráfico y la trata de mujeres en Santa Cruz, sobre todo en esa ciudad. Precisamente la Pastoral de Migraciones, que integra monseñor Romanín, apoyó una investigación realizada por La Alameda, una fundación que combate la trata de mujeres.
Ese trabajo realizado en los cabarets, burdeles de las dos manzanas conocidas como Las Casitas —casas de tolerancia, eufemismo por prostíbulo— revelan que las chicas, varias de ellas adolescentes, se encuentran privadas de su libertad.
Hoy, Gustavo Vera, de La Alameda, acompañado por representantes de varios credos, presentará la denuncia ante el procurador general de la Nación, y pedirá asistencia para las víctimas al ministro de Justicia. Clarín tuvo acceso a la denuncia y al video adjunto.
"Estamos hablando de abuso sexual, abuso laboral, tráfico de personas, drogadicción y alcohol", señaló Romanín. En diálogo con Clarín dio precisiones: "Las Casitas es la pantalla visible, pero Río Gallegos también tiene otros lugares —whiskerías—, donde el “modus operando” es el mismo. El marco de la prostitución ilegal es enorme: ésta es una zona de mucha soledad, de trabajos petroleros y en el campo. Pasa lo mismo en Ushuaia, en El Calafate, Las Heras, Pico Truncado, Perito Moreno, y en las ciudades de la costa".
La cooperativa y fundación La Alameda viene combatiendo desde hace tiempo el trabajo esclavo y la explotación sexual. En febrero pasado, tres voluntarios estuvieron en Las Casitas y, por primera vez, documentaron con cámara oculta las denuncias de la Iglesia.
Artículo en diario El Clarín de Buenos Aires investigado por Sibila Camps.