“Sigan pisando mi espalda no más”
Leí un artículo de opinión de Roberto Sahr, titulado “Nuevos ricos” y no puedo menos que estar de acuerdo en sus apreciaciones que también lo son mías. He sido de la opinión que más vale estar con la gente en lo que nos une que en lo que nos separa, lo que me ha concitado amistades ajenas a mi pensamiento político, entre ellas la de Roberto y jamás he tenido que lamentarlo. He militado en el Partido Comunista de Chile, casi desde que llegué a Magallanes desde Santiago, cuidad en la que milité en la seccional del Partido Socialista hasta el golpe, antes del cual tuve participación como Encargado de Salud del Cordón Vicuña Mackenna, mi lugar de trabajo era el Centro de Antropología Médico-Social Arriarán San Borja, ubicado en Santa Rosa casi esquina Avda. Matta, del cual nos sacaron el 11 de Septiembre manos arriba con un tanque detrás, unas cuadras más allá al Regimiento Blindados. Entonces estaba contratado como Auxiliar Técnico del Servicio Nacional de Salud y como profesor de Psicología Social de las Escuelas de Medicina-Sur, Enfermería y Obstetricia de la Universidad de Chile. En esta función me correspondió integrar un equipo de especialistas encargados del estudio de psicofármacos, especialmente en el de marihuana; lamentablemente nunca llegamos a aplicar las metodologías que determinamos válidas porque en ello nos pilló el golpe. En este equipo figuraban profesionales de la talla del Dr. Molina y su esposa entonces Fanny Pollarolo, Rodolfo Bolzman, Luis Weinstein, Pilar Galván, Roberto Belmar y tantos otros destacados hasta hoy en el campo de su especialidad; psiquiatría, salud pública, salud ocupacional, ginecología, psicología, etc. Y allí  en medio estuve desarrollando mis capacidades. Luego de estas experiencias tuve que desaparecer del mapa, luego de ser nombrado para presentarme ante los servicios de inteligencia. Me atreví a reaparecer sólo en 1978 cuando se me vencía el plazo como alumno regular de la Universidad de Chile; de lo que hice durante todo ese tiempo, imagínense lo mejor, aunque nunca lo fue, me quede sin mujer y sin hijos, el costo de reencontrarlos fue muy caro; la cosa fue que di mi examen de grado y logré mi título de psicólogo con el que me vine a ejercer a Magallanes, con el resultado por muchos de ustedes conocido. Nunca he tenido un cargo público político, pero he sido Pdte. de una Junta de Vecinos, tesorero de un sindicato, presidente de los escritores, candidato a concejal y a senador por esta región. De pronto siento unas puntadas en la espalda por tantos que han pisado sobre ella para escalar cargos y llegar a ostentar los sueldos que criticamos con mi amigo Roberto.
Vale agregar que estuve cuatro años como aspirante a militante del P.C., hasta que al regional se le desvanecieron las aprensiones.