En la era medieval la nobleza resolvió sus diferencias entre estoques de espada, sables y floretes. Hoy, la herencia de ese arte lo recoge la esgrima, uno de los deportes más completos y seguros que se practica en la región.  Los “espadachines” locales medirán fuerzas con pares de Argentina y el resto del país.  La misión, a coro de todos: dejar el oro en Punta Arenas. 
El 8 de mayo, en el Club de Campo de Leñadura, entre las 9.00  y 21.00 horas se realizará la etapa clasificatoria en florete, espada y sable.  Mientras que la competencia final está programada para el día siguiente, en el gimnasio Fiscal, desde las 14.30 horas.  La entrada es liberada.
Paris Inostroza y Felipe Alvear, medallas de plata en los recientes Juegos del Alba, en Cuba, serán los encargados de abrir la actividad.  Ambos ofrecerán por primera vez una exhibición gratuita en la ciudad.
En la competencia participan delegaciones de Rancagua, Ushuaia, Coyhaique, Santiago, la Escuela Naval y de suboficiales del Ejército, además de la delegación de deportistas locales.
“Esta es una oportunidad de recuperar la tradición de la esgrima arraigada en nuestro pasado regional. Queremos que la comunidad participe y asista masivamente al torneo”, explicó Víctor Olmedo, presidente del Club de Esgrima de Punta Arenas.
Para invitar al evento, el fin de semana pasado, en el mall Espacio Urbano, realizaron una presentación recreativa. Olmedo y su directiva están decididos a masificar un deporte considerado de minorías.
Olmedo asegura que “tenemos deportistas que pueden darle muchos triunfos a Magallanes. La próxima competencia es una oportunidad de retomar la senda del éxito”, indicó.
La esgrima en Magallanes no tiene los adherentes del fútbol, sin embargo es uno de los deportes más antiguos existentes: hay datos del año 1880.
En Punta Arenas ,  el recuerdo destaca la labor desarrollada por el prefecto de policía, Luis A. Tapia, quien tuvo la mejor actuación entre los esgrimistas chilenos en el campeonato celebrado en Río de Janeiro en 1922.
Y en estos últimos meses, ha cobrado nuevos impulsos, tal vez porque la esgrima ya no es exclusividad de caballeros: las mujeres tomaron la espada y compiten frente a los hombres de igual a igual.
Macarena Olmedo, estudiante del Liceo María Auxiliadora, es un claro ejemplo.  A sus diez años ya es tricampeona nacional.  Entrena más de cuatro horas diarias y asegura que está preparada para dar una medalla de oro a la región en el próximo torneo.
Otras promesas son Ignacio Ríos Muschke y Catalina Bernal Villegas, ambos tienen medalla de bronce a nivel escolar.
Andrés V. Kukolj, de 21 años, estudia en Santiago pero llegó a reforzar el equipo y a entregar sus conocimientos a los aprendices de su antiguo club.  Práctica hace tres años la espada y ya está entre los 10 mejores de Chile.
Kukolj explica que “este deporte recoge en belleza y arte la tradición de los espadachines.  Acá se prioriza el respeto, nunca el miedo al rival”.