Jóvenes magallánicos son presa de las casas comerciales

General
11/05/2009 a las 08:16
“Tenia 18 años cuando saqué mi primera tarjeta y fue lo peor que pude haber hecho. Me endeudé hasta ‘el cuello’ y no sabía qué hacer ni a quién acudir. Lo que más me molesta es que no tuve ningún tipo de conciencia a la hora de ocuparlas, ni siquiera tenía un trabajo estable para mantenerlas”. De esta manera, Andrea (19), recuerda como comenzó en el mundo de las deudas.
Precisamente es en este nicho donde las casas comerciales han identificado una buena oportunidad para atraer jóvenes y convertirlos en futuros clientes. Desde un tiempo a esta fecha, la banca ofrece planes universitarios de cuenta corriente con línea de crédito automática, chequera, Redcompra, e incluso seguros, ello pese a que no cuentan con un trabajo regular. Por muy atractiva que parezca la oferta, esta fórmula ha generado un nivel de endeudamiento crítico entres los jóvenes.
En las calles son varias las promotoras que se aprecian tratando de captar personas para que obtengan una tarjeta de crédito Una de ellas cuenta que efectivamente nadie lee el contrato antes de firmarlo, y que el mayor interés de los muchachos últimamente son los viajes y los avances en efectivo. Aunque el cupo de 80 mil pesos no les dé mucha variedad.
Casas comerciales
En Punta Arenas, son tres las casas comerciales que entregan tarjetas a estudiantes sin la necesidad de que tengan ingresos o la autorización de sus padres: Falabella,  , Ripley y La Polar.
Según cuenta Camila (20), “es cosa de ir al mall o a veces hasta en la misma calle para que puedas obtener una de estas tarjetas”, agregando que “obtenerlas es más fácil de lo que todos imaginan”, confiesa.
Tarjeta en mano
Obtener  las tarjetas como estudiante es más fácil que sacarla siendo trabajador. Para esa categoría los requisitos son varios, como acreditar una renta mínima y una antigüedad laboral de seis meses o un año si se es independiente. Luego de revisar los datos, el comité informa a los siete días hábiles si la persona es digna de crédito.
Para un estudiante en cambio, el trámite de sacar la tarjeta dura muy poco. “Te preguntan dónde vives, en qué año de la carrera vas, tu rut y listo” asegura Carlos (22).
De esta forma, los estudiantes ya cuentan con 80 mil pesos para gastar, monto de endeudamiento que puede aumentar a 240 si deciden sacar las tarjetas de las otras tiendas.
Responsabilidad
A medida que los intereses avanzan, muchas familias no pueden responder a las obligaciones financieras, pactadas por sus hijos. En esa eventualidad el riesgo de un eventual embargo siempre está latente.
Para este tipo de casos, el Código de Procedimiento Civil establece claramente la posibilidad de interponer una tercería, las que son admisibles cuando el reclamante pretende el dominio o la posesión de los bienes que se han embargado por deudas ajenas, asunto muy común en la actualidad. “Es un juicio dentro de otro juicio, para graficarlo en que un tercero demanda al ejecutado y al ejecutante diciéndole al juez que los bienes embargados son de su propiedad y no del ejecutado”, señala el abogado Pedro Anguita.
En general, para este tipo de casos, se presentan dos medios de prueba: documentos y testigos. Respecto a los documentos, resultan útiles todos aquellos que demuestren que los bienes fueron adquiridos por el tercerista. “Respecto a la frecuencia de estos casos, puedo decir que son muy frecuentes, atendido el nivel de endeudamiento de las familias, muchas de las cuales no pueden responder a sus obligaciones. Esto se da a todo nivel social, pero es muy común en la gente humilde, de acuerdo a lo que he visto en mi experiencia”, comenta el profesional.

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