La fiscalía pedía diez años de cárcel para un abuelo depravado que violó y abusó sexualmente de una nieta de tan sólo ocho años, sin embargo, los jueces decidieron elevar el castigo a 15 años de presidio, en su calidad de “ascendiente consanguíneo de la víctima, específicamente su abuelo materno”, agravante que concurrió en contra del condenado.
Tomaron en consideración “las condiciones de la víctima y el bien jurídico que en la especie se ampara, esto es, la libertad e indemnidad sexual de la menor”.
Los jueces tomaron en consideración la declaración de la propia víctima quien explicó “de manera clara el modo en que su abuelo se subía sobre ella, la obligó a fumar y bañarse con él en la tina y a bañarlo con un pañito. Asimismo, refirió como la tocó en todo el cuerpo, en la vagina, en su cama, moviéndose él de arriba abajo”. La propia niña le contó a los jueces que una noche, cuando dormía en la parte de arriba de la litera, el acusado la bajó de su cama y la llevó a la de él. Fue cuando la violó.
Abusó de las hijas
Pero, además, durante el juicio salieron a relucir las confesiones de las propias hijas del acusado (una de ellas la madre de la pequeña víctima), quienes también fueron abusadas por el padre cuando ellas eran pequeñas. Esto nunca lo contaron antes por sentir que no tenían apoyo de nadie.
Estos hechos los contaron en el norte pero el padre, una persona muy autoritaria, las regresó a Punta Arenas y nunca hizo nada por ellas.
Aún cuando el acusado no registraba anotaciones penales, los jueces Luis Álvarez, Jovita Soto y Gonzalo Rojas lo desecharon como atenuante de irreprochable conducta anterior.
Tomaron en consideración lo declarado en estrados por las hijas, “testigos que han sido consideradas por el tribunal como informadas, veraces y creíbles, aptas para colaborar al tribunal para formar convicción judicial”.
A partir de esto concluyen que el actuar del enjuiciado, previo a los hechos de este juicio, fueron cuestionables y reprochables. Un comportamiento cuestionable, problemático o equívoco.
El fiscal Juan Agustín Meléndez llevó a juicio al acusado por hechos que ocurrieron entre julio y septiembre de 2007. Fue cuando este sujeto, iniciales J.F.U.R., abusó de la niña y también la violó.
Finalmente el tribunal lo condenó como autor del delito de abuso sexual y como autor del delito de violación, “en la persona de su nieta”, a cumplir la pena única de quince años.