
El hecho ocurrió el 16 de junio del año pasado en Porvenir. De acuerdo con los antecedentes, el “Loco Lalo” trabajaba en un negocio de abarrotes de propiedad del abuelo de la víctima, quien fue identificada con las iniciales J.LB.B., de actualmente 11 años.
El ataque ocurrió alrededor de las 21.30 horas, cuando el imputado abordó a la niña en el living de la casa del familiar de la menor, que se encuentra junto al almacén (separado sólo por una puerta), y comenzó a besarla desde el cuello hasta la boca, para posteriormente poner una de sus manos en su espalda y la otra en su vagina.
Como pudo, la niña logró quitárselo de encima, recalcándole que “eso no se hace”, según los testimonios expuestos en el juicio, para luego llamar por teléfono a su madre, identificada como N.B.G., quien en cosa de minutos llegó al lugar. De acuerdo con su testimonio, encontró al “Loco Lalo” junto con su hija diciéndole “tápate, no seas malita”.
La tesis expuesta por el abogado defensor Ramón Bórquez apuntaba a una supuesta maquinación de la madre de la víctima para que el imputado dejara de trabajar en el local de su suegro. Sin embargo, con el testimonio de la menor, de sus familiares, del funcionario policial que le tomó declaración al imputado e, incluso, de un sicólogo, el fiscal Eugenio Campos Lucero echó por tierra la teoría, logrando que los jueces Luis Álvarez, José Flores y Fabio Jordán, lo declararan por unanimidad culpable.
El viernes, al mediodía, se dará a conocer la sentencia.