
La entidad, que cumple hoy 65 años, guarda cientos de historias. Muchas datan de sus inicios, donde la Liga de las Hermanas Católicas que crearon esta obra, prestaban ayuda a los niños y ancianos más vulnerables de la comuna. Más tarde su labor se enfocó sólo a atender a los más pequeños a través de la gestión efectuada por la Compañía de las Hijas de la Caridad San Vicente de Paul, quienes ampliaron los servicios que prestaban convirtiendo a la entidad en escuela.
Sin desconocer que en la capital regional existe una gran cantidad de organizaciones que necesitan apoyo de la comunidad, la directora del Hogar, Sor Marta Uteau, llamó a la población a ayudar “de corazón” y a no olvidarse de los 86 niños desamparados que necesitan apoyo y que se albergan en el recinto de acogida. Los aportes, no necesariamente deben ser entregado en dinero, sino que también pueden materializarse en prendas de vestir en buen estado, útiles escolares y en especial, leche o pañales para los lactantes.