Desde que la política -muy astutamente, demasiado astutamente para mi gusto- cambió de “arte de gobernar” por el “arte de lo posible” (como una vez recuerdo haberle escuchado al ex presidente Aylwin), las cosas han girado a un destino demasiado turbio. Echar por tierra  principios como bien popular, igualdad de derechos, bienestar social, y cambiarlos por bien individual, desigualdad aberrante e injusticia social, parece ser la tónica de algunos de nuestros políticos. Los que ayer se juraban camaradas, compañeros, correligionario, hoy se dan “como bombo en fiesta” olvidando sus tradiciones, sus principios, los postulados que -alguna vez- apuntaban al bienestar del pueblo. No, nada de eso se ve en la mayoría de nuestra “casta de honorables”... Ahora importa el cargo, el mantenerse a flote en esta tempestad, el “sálvese quien pueda”, la portada del diario o la cuña en la “tele”, acompañar a la señora que no puede tener gatos en su departamento, asistir al funeral de la víctima en la población que ni siquiera sabía que existía (bueno, sí saben, alguna vez la habrán visto en el plano regulador o escuchado en los informativos), acompañar a tribunales la demanda de lo que sea, es decir, aparecer ante la opinión pública como un ser interesado en la “cuestión social”. Así las cosas, nos hemos acostumbrado a un “hacer política” que muy poco tiene que ver con aquéllos que soñaron con verdaderos ideales... Y esto es lo peor, nos hemos acostumbrado... Por la borda los principios y orientaciones partidistas (ni hablar de la filosofía que los sustenta, más de algún cadáver debe estar girando como loco frente a tanta desfachatez)... La supremacía del “yo” ha instalado un imperio: el de los inverecundos (léase “sinvergüenzas”)... Las más tenebrosas “vueltas de tuerca” se han presenciado estos últimos tiempos... Sabida la última encuesta, todo queda claro: la pelea será entre los mismos. Ahora viene la “negocia”, la mano de cartas... Imagínenselos así (como tantas veces hemos hecho tú y yo): envido (aunque sea miserable el porcentaje), real envido... Silencio... ¿Tendrá o no tendrá?... Paso... Vamos a la segunda...Truco (mi 1% contra el 1,5 del otro, hummmm)... Como perros hambrientos, estos nuevos políticos estarán con sus fauces esperando el colgajo, el trozo, aunque sea el hueso... Así, tristemente, el “arte de gobernar” (la virtud, la técnica, el “areté”), quedó en nada...Veremos qué dices, qué dice tu amigo, tu vecino, tu familia...Es cierto, nos hemos acostumbrado...pero aún podemos abrir ojos y conciencia...Este circo (de derecha, izquierda, centro, abajo, arriba, de donde sea..), debe terminar... ¿Qué opinas?... Para ustedes, como siempre, un abrazo.
P.S.: menos para los acomodaticios del “arte de lo posible”