Llevaba más de una hora declarando en el juicio oral por el parricidio frustrado de Jacqueline Leyton, cuando el jefe del Servicio Médico Legal, doctor Carlos Castro Aguilar, se tomó el pecho, acusando un fuerte dolor, y, en segundos, le sobrevino un desvanecimiento acompañado de un estado de inconsciencia, frente a la mirada atónita del público que a las 16 horas se encontraba en la sala 5 del Tribunal Oral y los jueces. La gente pedía ayuda médica y una ambulancia. Inmediatamente reaccionó el ayudante de sala Miguel Villar Gómez quien aplicó maniobras de resucitación cardiaca, aprendidas cuando fue bombero, y esperando para declarar se encontraba el doctor Julio Muñoz Lora, perito y colega de Castro en el Servicio Médico Legal. Así que, mientras Villa masajeaba el pecho de la víctima, Muñoz Lora le practicaba respiración boca a boca. Todo esto, frente a la mirada incrédula del público que luego fue desalojado.
El presidente de Sala, juez Luis Alvarez, destacó el trabajo del funcionario, “quien tuvo la capacidad de poder otorgarle la atención necesaria para llevar al médico al hospital, un perito conocido por nosotros, por lo tanto causó mucha conmoción lo que le sucedió”.
Por lo mismo, decidieron postergar el juicio para el día de hoy, a partir de las 9 horas. Un proceso que nuevamente sufrió una interrupción, ya que la primera fue por el paro de Gendarmería.
El funcionario Miguel Villar vio cuando el doctor Castro declaraba y repentinamente se puso pálido y comenzó a doblarse hacia adelante.
“Fue el momento cuando le faltó el aire y con el doctor Muñoz comenzamos a reanimar al doctor Castro, porque así como lo vimos se nos iba ya que estaba con todos los síntomas de un infarto, incluso con un pulso muy débil”, comentó Villar.
Segundo infarto
El médico de turno en el Servicio de Urgencia del Hospital Regional, cirujano Javier Poblete, explicó que su colega llegó a la unidad con un paro cardiorespiratorio. “Durante aproximadamente 50 minutos,  tratamos de reanimarlo pero no salió de su condición y a las 17.15 horas constatamos su fallecimiento”.
El paciente tenía antecedentes de hipertensión, diabetes y otras patologías que probablemente agravaron su cuadro, indicó Poblete.
Consternación
El doctor Carlos Castro dejó de existir un día después de cumplir los 73 años de edad. El lunes, sus compañeros de trabajo le celebraron la fecha compartiendo una torta y un café con el profesional. Había consternación entre todos ellos, quienes se dieron cita en el centro asistencial, incrédulos por la noticia divulgada a partir del momento mismo en que comenzaron a gestarse los hechos que terminaron con el desenlace fatal.
Mañana los funerales
El doctor Carlos Castro era una persona muy conocida y querida en la comunidad, según lo describen sus cercanos que compartieron con él. “Cuando llegaba al hospital era saludado por todos, desde el auxiliar para adelante”, dijo un funcionario, que destacó las cualidades humanas “porque el doctor Castro era de esos médicos a la antigua con sus pacientes incluso, pese a que ya no atendía en su consulta, la gente igual le iba a pedir una hora”.
Los restos del doctor Castro están siendo velados en la capilla del Cementerio Municipal y los funerales serán mañana, en el Cementerio parque Cruz de Froward.