
Pese a que el Ejército de Chile decidió no traer a los familiares de los soldados conscriptos hasta la región dado el alto número de casos de influenza humana (AH1N1)y a la recomendación hecha por el Ministerio de Salud, estos igual se las arreglaron para venir y acompañar a sus hijos en tan importante ceremonia como fue el juramento a la bandera. Se estima que 485 peronas llegaron a la región procedentes desde distintos puntos del país, costeando el traslado por sus propios medios.
Ayer los conscriptos salieron de franco y pudieron recorrer las calles de Punta Arenas acompañados por sus padres o pololas.