Las declaraciones del intendente regional, Mario Maturana, señalando que el pago de dos millones de pesos que se realizó a los jubilados el año pasado no tuvo relación con una compensación del 4%, sino con un programa destinado a un grupo de personas de la tercera edad a las que se les entregó capital de riesgo, causaron la sorpresa de muchos magallánicos.
El mismo día en que el intendente pronunciaba estas declaraciones, en el tribunal de garantía era presentada una querella por parte de un grupo de jubilados en contra de autoridades que habían participado en el proceso de compensación. En ella se acusa una serie de irregularidades al momento de establecer el mecanismo de la compensación, el que se realizó a través de un programa desarrollado por el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), que se denomino “Universidad de la Vida”.
Debido a esto, una serie de jubilados de la ex caja de empleados particulares (Empart) que participaron en la cuestionada universidad de la vida comentaron de qué se trató esta capacitación e hicieron un análisis al proceso. 
Germán Freire indicó que asistir a los cursos fue la condición impuesta por las autoridades para cobrar los dos millones de pesos, lo que no le agradó. Sobre los cursos en sí, Freire mencionó que “uno de los requisitos para cobrar el dinero era hacer esta especie de curso, y gracias al senador (Carlos) Bianchi algo obtuvimos. Tuve la oportunidad de conocer muy buenos profesores, hubo excepciones, pero en general fue positivo. Ahora, el motivo por el cual se ideó esto es inaceptable, pero hay que rescatar el contacto que pude establecer con muchas personas”, señaló el jubilado. 
Por su parte, Ernesto Ruiz, otro de los jubilados que participó en la “Universidad de la Vida”, dijo que el realizó un curso de computación en el marco del programa desarrollado por Sercotec, el que a su juicio fue incompleto porque no alcanzaron a ver todo lo comprometido. Respecto del programa en sí, mencionó que “fue algo que desarrolló el Gobierno Regional para pagar la compensación. La mayoría decía que tenía que ir por obligación para recibir el dinero, porque de otra forma no les iban a cancelar su compensación” 
A su vez, el representante de los jubilados por el 4%, Marcos Radojkovic, indicó que “personalmente estaba indignado por ese asunto de los cursos. Nos hicieron un curso de sicología, donde nos ponían a dos personas frente a frente y nos teníamos que reír. Después nos pasaron unas películas antiguas de Punta Arenas, muy bonito; después otro profesor nos contó historias de vida. Después nos hicieron emprendimiento y cuestiones de finanzas, con unas fórmulas que nos repetían a cada rato y que al final no entendí nada. Después nos dieron la esperada clase de computación. Alguna gente estaba muy contenta, pero otras personas terminaron indignadas porque tuvimos que hacer esto porque si no, no nos pagaban”, señaló enfático.