Problemas como obesidad, diabetes tipo dos y hasta casos de hipertensión están afectando a escolares desde los cinco años.
La falta de compromiso de las familias en la alimentación de los hijos es un factor decisivo a la hora de detectar alguna patología crónica en la infancia. El aumento publicitario de la promoción de comida chatarra ha generado un cambio en el tipo y calidad de la alimentación de nuestros niños, capaz de no sólo provocar un cambio de hábito, sino de adelantar considerablemente la llegada de algunas enfermedades propias de la vejez.
Karina Bustamante Vásquez, enfermera de la Universidad Andrés Bello, explica que esta tendencia por las grasas saturadas ha desplazado las tradicionales comidas por llamativas colaciones que distan mucho de lo nutritivo. A ello se suma que también se ha extendido la jornada escolar y con ello se perdió el valorado almuerzo familiar, que junto con brindar un espacio dentro del día para compartir, servía para vigilar y controlar la calidad de la alimentación de nuestros niños.
Cambio Social
El cambio social de Chile frente al aumento tecnológico y de la delincuencia, ha llevado a que los padres prefieran que sus hijos estén más en la casa, sentados en un computador o mirando televisión, que haciendo deporte o jugando con amigos, como años atrás. “Esto ha generado un enorme aumento en el sedentarismo y, por ende, sumando todos los factores, gatilla en una obesidad infantil que se manifiesta con gran aumento en la edad escolar”.
Según la enfermera, un porcentaje cercano al 5% de los escolares de primero básico tiene un grado de sobrepeso u obesidad, cifra que continúa subiendo con los años.  “El cambio social incluye también que muchas madres trabajan y disminuye la posibilidad de controlar la calidad de la alimentación y la frecuencia de ella”, comenta.
Otras patologías crónicas que se han adelantado a la niñez es diabetes tipo 2, que antes era sólo de adultos obesos y algunos casos de hipertensión. “Todo lo anterior lleva a tener no sólo niños más enfermos, sino futuros adultos con una muy mala calidad de vida, producto del adelanto de males que con los años, tendrán un peor pronóstico”.