A punta de carterazos una mujer logró repeler el ataque asesino de un perro que estuvo a punto de arrancarle la pierna izquierda, situación que la tiene en estos momentos internada en el Servicio de Cirugía del Hospital Dr. Lautaro Navarro, luego de ser intervenida de urgencia por el cirujano Christián Gallardo.
La propia víctima, Jacqueline Darlas Martínez, de 54 años, relató a Diario El Pingüino los pormenores de este episodio, ocurrido el martes alrededor de las 11 de la mañana, cuatro horas antes de emprender el regreso en bus a Puerto Natales, donde tiene su residencia.
Fue a pedir un número de teléfono a una persona que, según sus datos, vivía en calle Paraguaya 264-A (interior). Entró muy confiada y caminó por el largo patio en medio de un silencio absoluto. Todo iba bien hasta que, en fracciones de segundo, salió al encuentro un perro que se le abalanzó y la hizo perder el equilibrio botándola al suelo tomándola del tobillo con los dientes. Enseguida las fauces del animal ya estaban en la pierna de la mujer y las mordeduras eran muy profundas. “Si el perro agarra un niño o a una anciana los mata”, comentó abrumada la víctima.
En el suelo, el animal no la soltaba, y le tenía agarrada la pierna desde la parte superior de la pantorrilla. “Fue cuando tomé la cartera, de la que siempre me hacen bromas porque es muy grande, y el zapato de mi otro pie, y comencé desesperadamente a pegarle al perro porque a esas alturas ya estaba casi entregada a que me mordiera en todas partes”, señaló.
Recuerda que le pegó con el propósito de zafarse de los colmillos del animal y, luego, se arrastró por el suelo hasta conseguir que el perro no avanzara más, lo que finalmente consiguió gracias a que la cadena del animal tenía un tope. “Solamente Dios me salvó, porque el perro pudo haberme matado”, comentó afligida Jacqueline Darlas.
Cirujano
El cirujano que asistió a la víctima en pabellón, Christián Gallardo (en la foto inferior), se mostró impactado por el tipo de herida que presentaba la mujer al llegar al hospital, en la extremidad inferior izquierda. Como toda mordedura de perro las heridas son del tipo contusas “y desgarradas por el mecanismo de apriete y tracción del perro, lo que obligó a llevarla a pabellón”.