Con cierto desazón fue tomado el veredicto judicial que terminó condenando como autor del delito de lesiones graves-gravísimas, y no parricidio frustrado, a la persona que en septiembre del año pasado golpeó brutalmente y quemó a su octogenaria madre.A través del parricidio frustrado, la fiscalía perseguía una pena de diez años de cárcel, sin embargo, el tribunal recalificó los hechos materia de la acusación. Pero aún así las lesiones graves-gravísimas tienen asignada una pena que va de los cinco años y un día a diez años de cárcel.
Aunque al acusado le reconocieron la “inimputabilidad disminuida” (por su enfermedad mental), los jueces acogieron la circunstancia agravante de la superioridad física del acusado respecto a la anciana madre.
Para los jueces la sola lectura y descripción de los contenidos permite establecer que el Ministerio Público no describió los elementos del delito de parricidio, por el contrario, describen una agresión con golpes en el rostro y cuerpo, para luego acercar el cuerpo de la víctima a una estufa encendida, “con la finalidad de quemarla”, lo que significó que la víctima Elba Edita Soto Pérez sufriera “lesiones en su rostro y quemaduras en más del 20% de la superficie corporal”.
De acuerdo a los jueces, “no se cumplió con el requisito legal de establecer un relato en que se manifieste la dolosa intención de matar a su madre, como tampoco el argumento fáctico en que sienta el grado de desarrollo, esto es, la frustración”.
“No estoy de acuerdo”
“No estoy de acuerdo” manifestó el abogado querellante Marcelo Figueroa al término de la audiencia donde se conoció el veredicto. Tampoco lo está la familia a quien representó en esta causa.
“Pero el objetivo nuestro era que este hecho se sancionara y no quedara impune. Pero el tribunal es quien imparte justicia y son ellos los que dictan sentencia y son responsables de la misma. Y si les pareció que se trata de un delito de lesiones graves-gravísimas nosotros nos conformamos”.
Claudia Saiter, coordinadora del Centro de Víctimas, dijo que Elba Soto se encuentra postrada en cama y la familia muestra un daño irreparable desde el punto de vista de la emocionalidad, porque los hijos ven que la realidad es que la madre no podrá recuperarse físicamente.
“Estoy sorprendida con el fallo, no lo esperaba”, indicó por el tipo de agresión que sufrió la anciana.
