Por más argumentos que esgrimió el abogado Juan Arcos para declarar ilegal la detención de su cliente Marcelo Almonacid Heisinger, y toda la verborrea para justificar que la marihuana y cocaína que traía oculta en un oso de peluche eran para el consumo personal, el juez Juan Olivares desestimó las pretensiones del defensor y envió al imputado a cumplir prisión preventiva.
Almonacid, de 22 años, fue detenido por la Brigada Antinarcóticos el domingo, cuando llegaba a Punta Arenas en un bus internacional, a la entrada de la ciudad. Luego del respectivo control de identidad, la policía encontró en uno de los bolsos del equipaje un oso de peluche, impregnado en colonia, el cual utilizó para esconder dos paquetes de droga (en uno habían 234 gramos de marihuana paraguaya prensada y en el otro 89 gramos de cocaína).
El fiscal Oliver Rammsy le comunicó a Almonacid Heisinger, hermano de una persona detenida en mayo por ingresar 400 gramos de marihuana a Puerto Natales, que iniciaba una investigación en su contra por el delito de tráfico de drogas.
La Policía de Investiga-ciones reconoció lo novedoso del método de ocultamiento, sin embargo Almonacid nunca supo que la Brigada Antinarcóticos le tenía interceptado el teléfono celular y que desde junio lo venían monitoreando. A través de estas escuchas conocieron detalles de la compra de la droga a proveedores del norte del país y del traslado a Punta Arenas. Por eso la captura era cuestión de horas.
Muy afectado
Cuando el imputado ingresó a la Sala 4 del Juzgado de Garantía reflejó estar muy mal anímicamente, con llantos en algunos pasajes de la extensa audiencia de control de detención, que se prolongó por dos horas (terminó a las 16 horas), como el momento en que optó por hacer uso de la palabra y decirle al juez que “yo traía la droga para mi consumo personal. La consumo desde los 13 años y nunca la he podido dejar y algunas amistades me pidieron por teléfono que les trajera, pero no para comercializarla”.
“Ayúdeme por favor (le pidió al juez llorando) para que me traten en un centro de rehabilitación”, concluyó Almonacid.
Posterior a la formulación de cargos el fiscal justificó la petición de prisión preventiva señalando que era imposible creer que una persona traiga droga para su consumo personal oculta en un oso de peluche e impregnada con perfume. “Esto es indicio claro de un tráfico”, dijo Rammsy. Y añadió que esta persona registra domicilio en Castro y Puerto Montt haciendo evidente el peligro de fuga.
Querella
Los descargos de Arcos no impidieron el ingreso de su cliente a la cárcel. Es más, durante la defensa para evitar la prisión preventiva de su cliente, terminó entrampado en una discusión con el fiscal y anunció la presentación de una querella criminal por lo que calificó de “trato denostativo” al señalarle que no sabía nada de drogas, “teniendo en consideración que él es un funcionario público”.