El numeroso parque automotriz que se registra en Punta Arenas y la gran cantidad de autos que transita por el centro de la ciudad diariamente, ha generado un brote de estacionamientos privados en los alrededores de la zona.
Prácticamente cada tres cuadras se pueden encontrar estos recintos que están especialmente habilitados para dejar los automóviles durante el tiempo que se requiera. Otros tantos funcionan sin permitir el acceso a cualquier conductor, por lo que el arriendo es mensual y personalizado.
Si bien los encargados coinciden que en invierno la demanda disminuye debido a que se oscurece más temprano y las personas terminan sus trámites o salen del trabajo para irse directamente a las casas, con la llegada de los últimos meses del año la situación mejora.
Sin embargo, a fin de mes, y los lunes y viernes es donde se registra más afluencia de público.
Otro factor que ha producido un leve aumento en la demanda, es que algunas personas no quedan conformes con el cobro que se les realiza en la vía pública a través de los guardiayudas, por lo que cambian de servicio y se van a estacionar a estos recintos particulares.
Así lo reconoce Lucía Cárdenas, quien ya no deja su vehículo en la calle porque “aquí quedo más tranquila. Sé que no le va a pasar nada al auto. Además que los cobros que tiene la empresa de los tarjeteros no me gusta”.
Los trabajos que se están realizando en la costanera, con el consiguiente cierre de calles que ha generado y la implementación de cobros en otras, también ha favorecido el arriendo de los estacionamientos, debido a que las opciones para evitar este cobro están quedando muy alejadas del centro cívico de la ciudad.
En la calle Ignacio Carrera Pinto con Chiloé está ubicado el estacionamiento privado Cañoncar, el que tiene capacidad para alrededor de 100 automóviles y es uno de los más grandes.
Al igual que Juncard, que se encuentra en calle Chiloé entre avenida Colón y José Menéndez, se ofrece a los clientes que arriendan mensualmente un espacio la posibilidad de administrar una llave de los portones, para que puedan acceder a su estacionamiento de lunes a domingo en cualquier horario. De esta forma no se limita el servicio sólo para cuando se atiende a todo público.
Cobros
Los precios varían sólo un poco, pero a fin de mes se puede presentar una diferencia notable si se es asiduo.
La media hora fluctúa entre $ 200 y $ 300, posterior a ello la tarifa sube esa misma cantidad por el mismo lapso de tiempo, aunque en los casos en que la persona se demora sólo un par de minutos, se le respeta el cobro más bajo. Por lo menos así lo reconoce Marcelo Sánchez, administrador de estacionamiento “Donde Marcelo”, quien asegura que trabaja con un “cobro flexible”.
La otra opción es la contratación mensual, la que es recomendable cotizar porque las diferencias en precio se comienzan a extender. Se puede encontrar desde $ 22.000 a $ 28.500, también en el centro.
La seguridad es lo que más destacan los clientes, porque saben que hay una persona encargada que está todo el tiempo pendiente de su automóvil, al que incluso se le deja la llave para que acomode los vehículos cuando se requiera.