
El proyecto pretende explotar el recurso denominado “Turba” bajo una serie de conceptos que aseguren su explotación en base a una plataforma ambiental, jurídica y comercial.
El Subsecretario Ruiz informó que la iniciativa, que cuenta con una inversión total de más de $520 millones, desarrollará durante los próximos cuatro años, mediante el uso de investigación avanzada, una propuesta que regule el uso y conservación de las turberas en la región, lo que constituye una oportunidad de desarrollo económico local.“Junto al sector privado potenciaremos las capacidades y conocimientos técnicos para la creación de productos derivados de la turba con valor agregado y a su vez de testeos de mercado, además de poner en valor los turbales de la región como un producto ligado a la actividad turística, todas acciones que permitan su conservación”, afirmó Ruiz.
Las turberas representan entre el 50 y 70% de los humedales del mundo. Estos ecosistemas se caracterizan por su capacidad de acumular grandes cantidades de materia orgánica semidescompuesta (turba), con usos industriales tan diversos como sustratos inertes utilizados en agricultura, filtros de piscina, contenedores, materiales industriales, absorbentes naturales y elemento energético.
En Chile, las turberas se distribuyen desde la Región de Magallanes y hasta el área norte de la Región de los Lagos. En Magallanes, de acuerdo al “Catastro y caracterización de los turbales”, el recurso es abundante, abarcando un 17% del territorio.
Además cumplen funciones ecológicas sobre el entorno, constituyendo reservorios de agua dulce, regulando flujos hídricos, e influyendo directamente sobre la dinámica de bosques, pastizales, ríos y asentamientos humanos, cercanos a ellas como Punta Arenas, Porvenir y Puerto Natales.