
Llega Fiestas Patrias y como ya es tradicional, aparecen los vendedores ambulantes ofreciendo remolinos, banderas y, por supuesto, los infaltables volantines en los más diversos tamaños, colores y diseños.
Éste se ha convertido en el rey indiscutido de estas fiestas, y elevarlo en una pasión que convoca a grandes y chicos. Su introducción a Chile se le atribuye a los monjes benedictinos, aunque su aparición en el mundo se localiza en Indonesia, cerca de 1500 a.C. Durante la Colonia, este juego se tornó popular entre los meses de agosto y septiembre; hoy, encumbrar volantines suele asociarse con el 18 de Septiembre, ya que coincide con el inicio de la primavera.
Tipos de volantines
Hay diferentes tipos de volantines: las "ñeclitas", que son cuadradas, llevan una cola para estabilizarse en el aire y miden entre 15 y 25 cms. Las "chonchas", son pequeños volantines de papel de diario, que se hacen juntando punta con punta y amarrándolas con un hilo. Los "cometas", más grandes y diseñados para adultos, son más difíciles de mantener en el aire. Asimismo, de acuerdo a lo que se ha investigado sobre la aerodinámica de este juguete, 42,5 cm2 parece ser la mejor medida para su diseño. También es importante que los palillos sean de madera de coigüe, porque les da más resistencia.
Los remolinos
Otras de las tradiciones que aparecen en gloria y majestad en estas fechas son los tradicionales remolinos, sobre todo en los desfiles dominicales, donde los padres por generaciones los han obsequiado a sus hijos.
Juan Canales hace más de 20 años que se dedica a vender volantines, remolinos y banderas. Asegura que las costumbres de los niños no cambian. "Generalmente prefieren los modelos de aviones o eligen los diseños de aquellos personajes que son populares en la televisión. Hay otros a los que uno les puede ofrecer los más variados diseños, aunque casi siempre terminan escogiendo los de su equipo de fútbol favorito", expresó.
El comerciante indicó que los precios fluctúan entre los $ 1.000 y $ 6.000, los más grandes.
Canales ofrece también los tradicionales remolinos, en su caso son de fabricación cacera. "Mi señora y yo comenzamos a hacerlos en vacaciones de invierno. En este período cortamos el plástico y los alambres; yo hago las varillas con una maquinita que tengo. Es un proceso de meses y después para armarlos, se demora más o menos diez minutos, porque hay que colocarles las pajitas y los alambrecitos. Después hay que apretarlos y colocarles los adornos; es un proceso que toma su tiempo", indicó y, aprovechando la instancia, pasó el aviso: "Los vendo a $ 500".
En su puesto también tiene a la venta banderas con chupones para los autos, a $ 1.000 el par, además de pelotas y martillos a $ 500; banderas de casa de género con la estrella bordada, las más chica a
$ 1.000 y las más grandes a
$ 7.000. "Las ventas han estado buenas, pero es sólo factor tiempo: si el clima está bueno la gente sale y compra. Pienso que este miércoles o jueves ya no debiéramos tener mucha mercadería, porque se ha vendido mucho", finalizó.