
La emergencia fue controlada rápidamente por voluntarios de tres compañías. De las cinco personas adultas y dos menores que habitan la casa solamente una persona fue atendida en el hospital por una intoxicación leve, producto de la inhalación de humo.
El segundo comandante del Cuerpo de Bomberos, Pedro Alvarado, dirigió las maniobras de extinción del fuego que evitaron una propagación al primer nivel. Horas más tarde se conoció que el origen de la emergencia estuvo en que un pequeño dejó caer al suelo un fósforo encendido.
Como suele ocurrir en este tipo de hechos, fue bastante la cantidad de “curiosos” que se congregaron en calle El Ovejero, entorpeciendo la labor de los bomberos.