El placer de hacer un asado en el hogar

General
29/09/2009 a las 16:31
Hace unos 20 años atrás comenzó el boom de los quinchos en Magallanes. Al principio, estos recintos eran construidos mayoritariamente por los habitantes más pudientes de la región. Sin embargo, con el pasar del tiempo, la clase media comenzó a construir en sus hogares una habitación exclusiva para preparar asados y compartir una tarde de sana entretención.
El atractivo de este tipo de habitaciones es que se puede preparar carnes a las brasas sin quedar expuestos a la intemperie, lo que facilita que los asados se puedan preparar en cualquier época del año, sin importar las condiciones climáticas.
Hoy, los quinchos son populares. No hay magallánico que no tenga, al menos, un amigo con esta habitación de reuniones sociales, donde se juntan en torno a una buena carne o una disputada mesa de truco.
Luis Vargas es uno de los felices propietarios que posee uno. Amablemente nos cuenta que comenzó hace varios años a construir el suyo, ya que, según él, este aposento debe estar debidamente acondicionado y equipado.
Vargas es jubilado de Enap y cuenta que para él ha sido un gran pasatiempo dedicarse a “enchular” su quincho. Antes era una bodega aledaña a su casa, pero su deseo de tener un lugar para compartir con familiares y amigos lo animó a acondicionar el recinto. El último arreglo lo hizo hace tres años, cuando puso azulejos en el suelo y acondicionó un pequeño baño exclusivo para quienes compartan en él.
Su “joyita” tiene todos los implementos necesarios para pasar una agradable tarde familiar. Primero, el fogón posee una parrilla que ajusta la altura de ésta, según el gusto del cocinero. Además se puede remover y el fogón queda rápidamente acondicionado para realizar asados “al palo”.
“El fogón es el centro del quincho y debe estar bien hecho”, comenta Vargas.
Al lado tiene una cocina, un lavaplatos, refrigerador y un estante con vajillas y ollas: “La idea es que uno no se mueva a otra parte de la casa para buscar lo que necesita. Acá se asa la carne, se pelan y cocinan las papas, se lava y aliñan las verduras. Todo esta acá”, comenta el dueño de casa.
El lugar tiene una amplia mesa en que, según Vargas, pueden caber comodamente más de 12 personas. No obstante, el quinchero comenta que a “algunas celebraciones han llegado más de 40 personas y no ha habido problema. Acá entra mucha gente”.
En su rincón puede celebrar todo tipo de ocasiones. “Nos reunimos a ver los partidos de la selección cómodamente, mientras preparamos unas carnecitas. Es una ventaja tener un quincho”, comentó.
También cuenta que gracias a que el recinto tiene un buen aislamiento acústico, el lugar sirve de sala de ensayos para su hijo, quien es miembro de la banda “América Sur”. 
El dueño de casa espera poder continuar mejorando su espacio. Su próximo objetivo es “construir un pequeño bar, para que el quincho quede aún más completo”.
Así como el de Luis Vargas, existen muchos quinchos en Magallanes que sirven de lugar de reunión para la familia y amigos.

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