
Ante la mirada atónita de un par de transeúntes que intervienen por el menor de edad, el chofer muy alterado dice que el menor le lanzo una piedra a uno de los vidrios... gritando y enfurecido, por si se hubieran roto ¿quien le iba a pagar los destrozos?
Se sube al colectivo y sigue su marcha. El menor se defendía diciendo que solo había lanzado un pedazo grande de plasticina.
Un conductor de un móvil que iba pasando por el lugar llama a carabineros pero su llamada no es atendida por lo que traslada al menor a su establecimiento escolar,dejándolo bajo la responsabilidad del inspector de dicha escuela, comentando los hechos para calmar al menor que se sintió amedrentado y violentado por este chofer sobre estresado que tomó la violencia excesiva para solucionar su susto, por si se le rompía un vidrio, lo cual no ocurrió.
Quizás el menor no debería andar tirando objetos contra los autos, pero la actitud del chofer es la que invita a reflexionar. ¿Era necesario tirar del pelo a este menor y llevarlo así más de media cuadra....? Y el plan cuadrante brilló por su ausencia.
¡Plop condorito!