“El atentado a Fátima fue una tremenda ofensa”

General
06/10/2009 a las 07:23
Al cumplirse hoy 25 años del atentado a Fátima, el obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, reflexionó sobre uno de los episodios que marcó a la Iglesia Católica durante la dictadura militar, como también a la familia del oficial de Ejército que murió colocando la bomba que destruyó la parroquia del Barrio 18 de Septiembre.
Un episodio tomado como represalia al llamado “Puntarenazo”, porque sucedió ocho meses después de que el general Augusto Pinochet Ugarte fuera agraviado en Punta Arenas con la primera protesta, en pleno mandato castrense. Manifestantes se apostaron en las afueras de la Catedral para gritar consignas en su contra.
Posteriormente, el 6 de octubre de 1984, los vecinos del Barrio 18 de Septiembre fueron abruptamente despertados con la detonación del artefacto explosivo. La persona a cargo de la “misión”, el teniente Patricio Contreras Martínez, murió en el intento, quedando sus restos esparcidos en un amplio radio. Fue la placa militar que portaba, encontrada en los alrededores, lo que permitió identificar el cadáver.
Años de investigación terminaron con tres militares procesados por conductas terroristas: el general (r) Gonzalo Jara y los suboficiales (r) Humberto Olmedo y Milton Muñoz. Sin embargo, un fallo de la Segunda Sala de la Corte Suprema los sobreseyó y cerró definitivamente la investigación del atentado y confirmó la prescripción.
Así el máximo tribunal de justicia resolvió el recurso de casación que interpuso la Diócesis de Punta Arenas, que apeló a la imprescriptibilidad, pero no tuvo suerte.
La postura del obispo Bernardo Bastres era que “de acuerdo a los tratados internacionales que ha firmado nuestro país, los delitos de lesa humanidad no prescriben y en el caso de la bomba a Fátima éste se circunscribe en conductas terroristas con resultado de muerte”.
Bastres quería que se conociera la verdad, para que hechos como éstos no se repitan nunca más. “Igualmente era importante limpiar la imagen del joven oficial Patricio Contreras Martínez, que como victimarios, actuaron obedeciendo órdenes en un clima de polarización y miedo que les hizo suponer, muy equivocadamente, que con esos medios servían a la patria”, declaró el obispo Bastres el 15 de octubre de 2007, después de  conocer el fallo de la Corte Suprema.
Al conmemorarse hoy los 25 años del “bombazo”, la visión del pastor de la Iglesia Magallánica es, ante todo, que “el atentado fue una tremenda ofensa a la Iglesia de Magallanes y, como tal, el obispo de entonces (Tomás González) reaccionó y dejamos todo en manos de la justicia, pero al final lamentablemente fue adversa”.
Aunque rescata que el proceso judicial permitiera, al menos, establecer que el atentado fue producto del “Puntarenazo” y que lastimosamente el autor fue un hombre de las filas uniformadas, “por lo tanto tenía relación con el gobierno que estaba rigiendo el país en ese momento”.
Hoy el padre obispo cuenta que los padres del teniente Patricio Contreras sufrieron mucho, porque pertenecían a una comunidad cristiana. Y el padre falleció con una gran pena, por lo que había hecho el hijo.
“Muchas cosas no se aclararon y van a quedar como parte de la historia. Por eso, lo importante ahora es mirar hacia adelante y dejar establecido que el camino es el diálogo y el respeto. El destruir no ayuda a nada, por eso creo que lo ocurrido fue una tremenda ofensa a la Iglesia de Magallanes y sobre todo a la gente de Fátima, por la connotación política que tenía atentar contra esta parroquia, porque ahí fue donde partió el Puntarenazo”.

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