Monseñor Bastres llamó a estar alertas ante indicios de comportamientos depresivos o suicidas

General
10/10/2009 a las 17:56
La máxima autoridad eclesiástica indicó que “la persona que se quita la vida, en el fondo, esta gritando por vivir”.
La alta tasa de suicidios que presenta  Magallanes es un motivo de alerta y preocupación para todos los que vivimos en la región. Uno de los factores directamente relacionados para que una persona atente contra su vida es sufrir algún tipo de depresión, enfermedad que puede tener un origen biológico que predispone a la persona a sufrir de este trastorno, o causas externas como problemas familiares, económicos, académicos o amorosos, entre otros.
El obispo de Magallanes, monseñor Bernardo Bastres,  indicó que la depresión es una enfermedad tremenda porque transcurre interiormente y la persona muchas veces no exterioriza los pensamientos de tristeza y vacío que lo llevan a pensar en tomar decisiones contra su vida. “Nuestra región es una zona que por el clima, por el efecto de la luz, hace que muchas veces los depresivos profundicen su estado de tristeza, por lo que hay que estar atentos con esas personas para ayudarlas, tanto la familia como los amigos, para intervenir y apoyar al afectado”, señaló.
Bastres manifestó que “la persona que se quita la vida, en el fondo, está gritando por vivir”. El obispo explicó que por eso la iglesia cambió la postura de que el que atentaba contra su vida no podía pasar por la iglesia ni ser sepultado en un cementerio católico, porque se consultó con especialistas, los que indicaron que se trata de personas que no ven salida a sus problemas y ven a la muerte como la única solución”. Además, agregó que “son personas que están gritando por ayuda. Muchos de ellos no desean eliminarse y en el fondo quieren vivir, pero ven como único alivio ésta salida tan drástica. Por esto hay que estar atento, para detectar conductas que puedan indicar que alguien se encuentra en un estado en que piensa cometer un acto de este tipo”. Ante esto, Bastres indicó que el apoyo de la familia y de los amigos es fundamental y que también la propia iglesia es una fuente de apoyo para enfrentar momentos difíciles que las personas estén enfrentando.
Monseñor también tuvo palabras para los familiares de las víctimas, quienes tienen que enfrentar una carga emocional muy fuerte. “Los demás quedan con un tremendo sentimiento de culpa y hay que apoyarlos para hacerles ver que una cosa es el dolor por la persona que atentó contra su vida, porque la mayoría de las veces ellos no tienen nada que ver en el lamentable hecho e hicieron todo lo posible para ayudarlo. La depresión es una enfermedad que es como una cárcel, donde no se ve ninguna salida, por eso es un grito de vida y no de muerte. Nosotros muchas veces no sabemos cómo intervenir, por eso es importante ayudar a esta gente con profesionales y prevenirlo como sociedad”, dijo.
El obispo recomendó estar alerta a cambios de conducta de amigos y familiares, para en caso de cualquier indicio de señales de depresión o actitudes suicidas, acudir a profesionales que lo ayuden. Y sobre todo entregarles cariño, protección, para que vean que hay personas que lo quieren y se preocupan por él.

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