La Policía de Investigaciones (PDI) detuvo a Eduardo Aranda cuando llegaba a Punta Arenas, proveniente de Río Gallegos, con la droga envuelta en polietileno y cubierta con abundante café para evitar que fuera reconocida por los perros del control fronterizo.
En el control de detención, el imputado aseguró que la sustancia era para su consumo personal, argumento que no convenció al fiscal Eugenio Campos, que lo formalizó por tráfico de drogas, mientras que el juez Pablo Miño lo envió a prisión preventiva.