
Según la versión de testigos, Caumán, quien realiza sólo trabajos esporádicos para subsistir, habría llegado al lugar en compañía de otro sujeto. El individuo saltó el muro del local que da a un patio interior del inmueble, que además es el hogar del dueño, que en esos momentos estaba durmiendo.
Sin que los moradores del lugar se percatasen de lo que acontecía, Caumán habría procedido a abrir el portón que da a la calle y procedió a sacar una moto y una bicicleta, sin registrar ni buscar otras especies del local, por lo que se presume que el hombre habría sabido de antemano cual sería el botín.
Sin embargo, cerca de las 6.30 horas llegó al sitio el hijo del dueño, quien sorprendió al ladrón encima de su bicicleta.
El antisocial intentó huir pedaleando, pero en una rápida acción, le cerró el paso con la camioneta que tripulaba y se bajó para reducirlo.
En ese momento salió del inmueble el dueño del local, que previamente alertado por su hijo, y entre ambos procedieron a detener al sujeto.
Pese a que el ladrón puso resistencia, lograron inmovilizarlo.
Mientras forcejeaban, Caumán habría amenazado a ambos, señalando que un tercer sujeto, que se encontraba en las inmediaciones del lugar, acudiría en su rescate.
Luego de varios minutos llegó hasta el lugar personal del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), quienes llevaron a cabo los peritajes.
Mientras era subido al furgón de la policía uniformada, Caumán gritó a sus víctimas “¡Volveré!”, intentando intimidar a las personas que había intentado robar.
El antisocial fue conducido hasta las dependencias del Hospital Regional Dr. Lautaro Navarro, donde se constató que sólo sufrió lesiones de menor consideración producto del forcejeo.
En el control de detención, Caumán se declaró culpable de cometer un hurto falta frustrado y fue sancionado con la pena máxima que contempla la ley para estos casos, esto es una multa de cuatro UTM (cerca de $ 146.000), quedando en libertad.
No se pudo establecer si efectivamente hubo cómplices en el hecho.
Ante la noticia de que Caumán fue puesto en libertad, el dueño del café expresó su descontento con la justicia, señalando que las leyes en Chile permiten que actos como el que lo afectó queden prácticamente impunes.