
Esqueletos, máscaras, disfraces de vampiros calaveras, cotillón y hasta artículos para decorar las casas, son parte de las atracciones que los supermercados, multitiendas y hasta el kiosco de la esquina han dejado ver en sus vitrinas para celebrar Halloween. Tras el 18 de septiembre , el comercio inicio una fuerte arremetida con la ventas de los más diversos accesorios y dulces para esta celebración.
La fiesta que llegó a mediados de la década del 90 al país se ha extendido a lo largo de Chile y en Punta Arenas en estas fechas las confiterías aumentan sus ventas hasta en un 20%.
El gerente de la distribuidora “Tío Rico”, Juan Rabanal, indicó que “en esta fecha los padres les compran a las niñitas trajes de hadas y a los niños los disfrazan de zorro, ya que no es un requisito que los personajes tengan que ser necesariamente de terror”, expresó.
Rabanal agregó que “sin lugar a dudas las ventas han aumentado, ya que el surtido con el que contamos en la región no lo van a encontrar en ningún otro lado, por lo tanto vienen a la segura. Las ventas han incrementado entre un 15% y un 20%, pero durante el fin de semana debieran superar el 50%, porque generalmente siempre revientan durante el último día, de hecho el viernes vamos a hacer una extensión de horario y vamos a atender hasta las 21.00 horas y el sábado desde las 10.00 hasta las 18.00 horas”, señaló.
El comerciante indicó que “lo que más compra la gente a parte de los dulces y los disfraces son objetos para adornar la casa, guirnaldas, esqueletos, calderos, entre otros. Los magallánicos nos estamos volviendo buenos para las fiestas, sobre todo si se trata de mantener a los niños en la casa. Entendemos que es una fiesta pagana que no es nuestra, pero si es para pasarlo bien, bienvenida sea”, comentó.
El origen de la fiesta
Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos.