Conductores se quejan de que sus vehículos resultan dañados con los hoyos. A su vez, los peatones reclaman que deben cuidarse de los movimientos impredecibles que realizan los vehículos para evadir las trincheras. La solución de bacheo asfáltico se llevaría a cabo luego de que el Core apruebe el presupuesto correspondiente.
El tramo de la calle Balmaceda entre José Nogueira y Chiloé parece un campo de guerra. Los hoyos que se encuentran en la calzada son de dimensiones insondables, lo que genera serios trastornos a los vehículos que circulan por el sector.
Además, los peatones se quejan de que deben ser extremadamente cautos al cruzar la calzada, ya que los autos a veces hacen maniobras impredecibles para evitar ser dañados por los cráteres de la calle.
Los móviles de Radio Taxis Mirador, cuya garita se emplaza en Balmaceda, se quejan, ya que la situación es sumamente perjudicial para sus vehículos. La empresa posee 16 automóviles en su flota y sufren cada vez que deben atender un llamado.
“Los amortiguadores se estropean por los hoyos. También la suspensión y los neumáticos. Tenemos que pasar obligados por ese tramo, lo que es perjudicial para los taxis”, declara Mariano Pailahuel, conductor del móvil.
“Es muy complicada la situación. Debemos aprobar la revisión técnica cada seis meses y para hacerlo hay que reparar todos los daños que sufrimos por ese tramo que esta lleno de verdaderas trincheras. Es una situación muy molesta”, reclama Pailahuel.
Un problema similar sufren los apoderados y funcionarios del Colegio Rubén Darío, quienes día a día deben lidiar con la calzada dañada.
“Es muy incómodo. Los taxistas que me traen todos los días me dicen que están haciendo pedazos sus vehículos. Es algo insostenible y debe ser reparado”, señala la directora del establecimiento, Ana María Serka.
Carmen Valenzuela es dueña del Hostal Mirador, que se ubica justo enfrente de los hoyos más grandes. Ella declara que ha pasado más de un riesgo a causa de los cráteres.
“Son muy peligrosos. Fíjese usted, el otro día me bajaba de mi auto y casi me atropella otro vehículo por tratar de hacer el quite a los hoyos del sector. Es extremadamente peligroso para los peatones”, reclama Valenzuela.
“La calzada parece un laberinto y los vehículos zigzaguean para evitar los hoyos. Los camiones que circulan hacia la costanera son los que han dañado el pavimento; los hoyos crecen día a día. Es una situación insostenible”, lamenta Valenzuela.