Igual que si un puñal le atravesara el corazón fue lo que sintió Angélica cuando supo que su hija de tan sólo 14 años daba a luz en la casa un bebé. Pero eso no es todo, porque la estocada final para esta sencilla mujer fue minutos después, cuando su pareja durante siete años le tuvo que confesar que él era el padre.
Está viviendo el peor momento de su vida, según lo confiesa, y ayer en la mañana, cuando abandonaba el Servicio de Maternidad del hospital regional accedió a conversar unos minutos con Diario El Pingüino. Fue como una válvula de escape compartir esta verdadera pesadilla de la que le gustaría despertar cuanto antes. Incluso trata de convencer a su hija para que este niño, nacido de una mal avenida relación, lo entregue en adopción.
Le cuesta aceptar que este bebé sea su nieto y, a la vez, sobrino de su otro hijo de apenas cinco años.
Este hecho quedó al descubierto el lunes, cuando la hija de Angélica, de tan solo 14 años, comenzó a tener síntomas de parto y al poco rato daba a luz un varón de 3 kilos y medio de peso. Esta fue “la guinda de la torta” que permitió desenmascarar al verdadero “hombre de la casa”. El sostenedor, y quien se decía el padre de la niña de 14 años, no era más que un degenerado que desde los diez años venía abusando de la menor y que a los 13 fue capaz de embarazarla