Junji repartió muñecos “diferentes” a sus jardines

General
20/01/2010 a las 10:03
Si existe un tema pendiente en Chile, es el de la inclusión. Una muestra fehaciente de ello se pudo ver en el proceso eleccionario vivido el domingo, cuando a las personas con discapacidad las debían subir en andas para que pudieran hacer efectivo su derecho a sufragar como todo el resto.
Lamentablemente, esas imágenes a algunos ni siquiera les generó una reflexión personal, un cuestionamiento sobre cómo se habrían sentido viviendo esa circunstancia.
Para evitar esa indolencia y sobre todo los actos discriminadores, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), decidió llevar adelante un nuevo proyecto que busca la integración desde los primeros años de vida.
Para ello repartió en sus establecimientos unos muñecos diferentes a los tradicionales, algunos usan anteojos, otros son minusválidos, entre otras modificaciones.
“Se repartieron para crear experiencias de inclusión. Esto es parte del programa de atención a la diversidad”, explicó la psicopedagoga de la Junji, Carolina Villarroel.
Anterior a esto, se había entregado a los establecimientos muñecos que representaban una familia, con sus diversos integrantes, para que “los niños noten desde pequeños que las diferencias son normales. Que su familia es distinta a la de sus compañeros y que eso no significa que sea mejor o peor. Sólo es diferente”, agregó la profesional.
De hecho, el trabajo temprano permite que las desigualdades físicas “ni siquiera sean un tema para ellos, porque se acostumbran con rapidez, no tienen la mentalidad de los grandes, que realmente son los que hacen las diferencias”, enfatizó.
Adultos
La psicopedagoga además detalló que el estudio de estos temas es incipiente, por lo que el libro que también fue entregado a los jardines cuenta experiencias de educadoras, pero no con aspectos teóricos.
Sin embargo, estos relatos permiten entregar orientación y trabajar en una misma línea en todas las entidades de la Junji.
Villarroel destacó que este trabajo con los niños no es complicado, puesto que ellos entienden y no se cuestionan mayormente por qué su compañero no es igual a él. El problema se genera con los adultos, puesto que ellos directa o indirectamente discriminan y marginan a quienes son distintos.
“Los mayores somos los que segregamos. Los que les transmitimos las diferencias con una connotación negativa”, afirmó.
Un buen ejemplo es que la ciudad no está adaptada para los minusválidos, entonces se está generando una discriminación.
“Es importante entender que es el contexto el que no está adaptado, no es que los niños sean los diferentes. Si se les considerara en cada medida, en cada decisión no existirían espacios de exclusión”, manifestó.
Una de las soluciones es precisamente trabajar estos temas con los niños más pequeños y modificar el lenguaje, puesto que a través de él se aprende y se crean las ideas que cada uno tendrá durante su vida.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD