
Acostumbrado a reportear acontecimientos policiales, y muchas veces a colaborar en la búsqueda de vehículos robados, admite que jamás pensó que esto le podría suceder a él.
La segunda vez que su hija lo alertó de ruidos en las afueras Vera se levantó pero al llegar a la puerta vio con impotencia que los delincuentes se llevaban el vehículo. La cercanía con la comisaría lo llevó a dirigirse rápidamente a interponer la denuncia, cuando eran aproximadamente las 1.20 hora de la madrugada.
Pero lo peor vendría a las 7.15 horas cuando recibió dos noticias: una buena y una mala. La buena era que personal de la policía uniformada había encontrado el vehículo, a la altura del pasaje José Díaz Barría, prolongación Martínez de Aldunate. Pero la mala fue que estaba completamente destruido, porque los antisociales lo habían incendiado.
Llamado
Más que buscar salir en los medios por esto, Alfredo Vera aprovecha esta cobertura periodística para hacer un llamado a la solidaridad, “porque nosotros mismos debemos cuidarnos las espaldas y ser nuestros propios guardianes, sin pretender con esto tomarnos la justicia por nuestras manos”.
Apela a la solidaridad de la gente y que si alguien sabe algo que lo diga, sin miedo, además porque las policías resguardan toda identidad.
Vera no solamente sufrió el robo del vehículo sino que los desalmados se dieron el tiempo de desmantelarlo. Le sacaron repuestos del motor, se llevaron la radio nueva, los amortiguadores, los neumáticos y las llantas cromadas. Había invertido en darse un gusto para que el Toyota quedara bien y hace poco lo había pintado. Pero lamentablemente, los dueños de lo ajeno, quisieron otra cosa y le arrebataron un bien personal tan preciado para él y su familia, obtenido con mucho esfuerzo.
Además de ello
sufrió el robo de accesorios de trabajo como una máquina fotográfica, y otros artículos que guardaba en el vehículo.