
Precisamente, durante uno de estos cruceros, la nave sufrió un varamiento, lo que le produjo daños en su casco, debiendo dirigirse al Astillero de Asmar Magallanes, por ser el astillero más cercano a la Antártica, y que posee la capacidad suficiente para poner la nave en seco. Asimismo, el hecho de haber inaugurado el pasado 15 del presente las nuevas posiciones de varada de este Astillero, le permite poder reparar la nave siniestrada sin afectar los trabajos que se realizan normalmente a otros buques que operan en esta zona austral.