
Debido a esta situación es que la rotación de personal se hace en reiteradas ocasiones, ya que llegan a recibir amenazas por parte de los internos que en realidad no cumplen con el perfil que se exige en esta casa de acogida.
La idea de este centro de acogida es recibir a menores de edad que han sido maltratados, cosa que en estos casos no se cumple ya que además llegan personas quienes por no poder contar con un centro de atención juvenil son atendidos en esta institución en donde agreden a su personal.
Esta situación ha derivado en la renuncia de personal por las vejaciones que han tenido que pasar y hasta se ha llegado a pensar que ellos son los que tienen el control sobre el hogar cuando la verdad tendría que ser diferente.
En entrevista con Pingüino Radio, la directora de la Fundación Esperanza, Mónica Cerro, confirmó las agresiones y malos tratos que sufren los docentes que trabajan en la residencia. Agregó que estos jóvenes llegan por orden del Tribunal de Familia, el cual al ver que en la región no hay un centro especializado para internarlos los deriva a las instalaciones de esta fundación para ser reinsertados en la sociedad.
“Ellos tienen falencias psiquiátricas y de conducta que por su edad son inimputables, por este motivo y porque aquí no existe un centro de reinserción son enviados a nuestros hogares” explicó Cerro.
En tanto, el director del Servicio Nacional del Menor (Sename), César Montiel, explicó que a estos jóvenes se les han dado todas las oportunidades de reincorporación, “pero ellos son los que no responden”.
Asimismo, Cerro afirmo que “se ha pedido al Tribunal Familiar que no manden a esta clase de niños, ya que les hacen mal al resto, pero aún así los mandan, por eso nos sentimos atados de manos”. Además, recalcó que se ha solicitado más de tres veces que estos muchachos sean reubicados en otra parte, pero sus reclamos no son tomados en cuenta.
No obstante, Montiel aseguró que esas decisiones no sólo las toma el tribunal, sino que pasa por una situación más compleja, ya que no hay centros especializados en nuestro país para atender este tipo de casos. También contó que se espera que con la ampliación de la residencia, que comenzará dentro de poco, disminuyan este tipo de actos, ya que se van a agrupar por edades a los niños que viven allí y se espera mejor seguridad para que estos actos no vuelvan a suceder.
El último hecho que gatilló la renuncia de la directora del centro fue una agresión a una de las funcionarias, en donde le pegaron en la cabeza. Tras este hecho fue trasladada al centro asistencial para constatar lesiones.
La mayoría de los funcionarios que trabajan en la residencia de Vida Familiar, están atemorizados y esperan que estos actos acaben pronto.