
En este sentido, la estadística nos evidencia que a mayor ingreso familiar mejor es el puntaje obtenido y que como instrumento de medición, no selecciona a los mejores estudiantes ni menos evalúa la calidad de la educación. Por lo tanto, se hace necesario una revisión y evaluación de este instrumento estandarizado, que como tal refleja muy bien el origen de los estudiantes; pero que por sí solo, no da cuenta de la calidad de la educación.
Creo que las pruebas nacionales estandarizadas como el SIMCE y la PSU, si bien son importantes para recoger información respecto de una parte del currículum, y tomar decisiones para mejorar y lograr más y mejores aprendizajes, son una herramienta poderosa y peligrosa. Las escuelas, colegios y liceos están tentados a reducir y empobrecer cada vez más el currículum con el fin de obtener mejores puntajes y así aparecer en algún ránking de alguna revista. Esto explica la supremacía de algunos subsectores de aprendizaje como Lenguaje y Matemática en desmedro de otros subsectores, tales como: Educación Física, Artes Visuales, Artes Musicales, Talleres Recreativos, Deportes en General, Salidas a Terreno, Giras de estudio, etc., pues no tributan directamente al SIMCE o a la PSU. En definitiva, está la tentación de transformar nuestras unidades educativas en pre liceos y pre universitarios.