
“No habíamos intervenido en nada. En toda esta discusión de los diarios, no habíamos hecho nada. En la propuesta anterior, tampoco habíamos reclamado porque no es nuestra costumbre”, manifestó.
La empresa de González también participó en el penúltimo llamado a licitación, la que finalmente se declaró desierta. Instancia que utilizó para ejemplificar su manera de actuar, la que se aleja de recurrir a los medios para expresar disconformidad con las decisiones de las autoridades.
“Cuando supimos que estábamos fuera de base a través del portal, nos pusimos en contacto con la municipalidad para saber por qué había ocurrido eso, y acto seguido presentamos un recurso al Tribunal de la Cuenta Pública, porque nos parece que son los canales que corresponden”, relató.
Uno de los argumentos que se han utilizado para calificar la licitación como irregular, es que la comisión técnica no le entregó al alcalde Vladimiro Mimica el nombre de una empresa a la cual recomendar al concejo, pero lo cierto es que éste votó a favor de Servitrans.
“El concejo tomó una resolución y nosotros no somos quienes para discutir sus decisiones”, afirmó González.
Incluso aseguró que no es primera vez que una instancia comunal como ésta toma una resolución distinta que la comisión técnica. “De hecho, en Rancagua nos pasó que fuimos recomendados por la comisión y por el alcalde, pero el contrato no fue adjudicado”, agregó.
Asimismo, expresó que “los oferentes que se sintieron perjudicados tienen mecanismos y lugares donde reclamar, que corresponde al Tribunal de la Libre Competencia, Tribunal de la Compra Pública, la Contraloría o los Tribunales de Justicia, no a través de los medios de comunicación”, detalló el ejecutivo.
Esto, porque según él, en algunas oportunidades no sólo se ha informado los hechos, sino que también se ha hecho imputaciones que son falsas.
“Me preocupa cuando se empiezan a hacer acusaciones que no corresponden a la realidad (…) o que se haga alusión a una publicación de El Mercurio de 2010, porque yo no aparezco nombrado”, enfatizó el gerente de la nueva empresa recolectora de la ciudad.
Específicamente detalló que él no pertenecía a la compañía Starco en 1993, cuando ésta se vio indirectamente involucrada en un caso de intento de coima.
“En enero de 1995 llegué como gerente a Starco. La verdad es que lamento lo que pasó, pero yo no tengo absolutamente nada que ver con eso”, aseveró.
A su vez, confirmó que nunca perteneció a KDM, otra firma recolectora que también protagonizó un intento de soborno.