
En el plano interno, la información disponible sugiere que la actividad sigue expandiéndose y la demanda crece algo más rápido que lo previsto en el Informe de Política Monetaria de diciembre. La tasa de desocupación ha continuado reduciéndose. Las condiciones crediticias se han ido normalizando.
En enero, el IPC tuvo un aumento vinculado a ítems específicos. Las distintas medidas subyacentes siguen mostrando variaciones reducidas. Las expectativas de inflación de mediano plazo se han mantenido estables. El tipo de cambio real ha subido.
El Consejo considera que el entorno macroeconómico es congruente con una TPM que se mantendrá en el nivel mínimo de 0,50% hasta al menos el segundo trimestre de este año. Con ello, reitera que continuará usando sus políticas con flexibilidad para que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política.