Consejos para evitar los llantos del primer día de clases

General
19/02/2010 a las 19:50
Una de las escenas más recurrentes en el primer día de clases de los preescolares y escolares de primero básico, es ver a los pequeños llorando y haciendo “pataleta” con tal de no alejarse de los papás.
Esta situación causa estrés y sufrimiento no sólo en los niños, quienes sienten temor de quedarse solos, sino que muchas veces a los padres también les genera tristeza, puesto que ven a sus hijos llorar con angustia.
“A los padres aprensivos nos pasa eso. Sufrimos con nuestros hijos en esos momentos, porque no queremos que lo pasen mal y ellos lloran sin consuelo. En realidad es porque son unos regalones que han estado pegados a uno desde siempre”, relató Claudia Aguirre, mamá de dos niños.
Para evitar esta actitud en los menores, los especialistas recomiendan iniciar un proceso de acostumbramiento o de transición un par de días antes del ingreso a clases, lo cual le entregará seguridad a los alumnos, puesto que el hecho que más los afecta es la incertidumbre de lo nuevo.
“A esa edad los niños están acostumbrados a estar en su casa y en un círculo de protección muy fuerte, por lo que sacarlos de ese contexto causa mucha inseguridad en ellos”, explicó la directora regional de Fundación Integra, Sonia Uyevich.
Para disminuir ese nivel de apego, los padres deben conversar con sus hijos y contarles sobre las diversas actividades, aprendizajes y entretenciones que van a tener  en el jardín infantil o en el colegio.
Conjuntamente a eso “lo ideal es que los papás lleven a sus hijos al establecimiento antes del primer día, para que éstos conozcan el lugar y a todo el personal que lo va a acompañar durante la jornada en que asista”, agregó Uyevich.
De esta manera el menor va a saber con anticipación de qué se trata su nueva rutina y el cambio no será tan drástico. Su asistencia para él y toda la familia se volverá más normal.
Extremos
A pesar de estas estrategias, hay niños que con el paso de los días no disminuyen sus llantos ni sus súplicas para no volver al establecimiento.
“Las mamás saben cuando el hijo tiene una razón de fondo por la que no quiere asistir al jardín o cuando se debe a que le falta tiempo de adaptación”, afirmó la directora regional.
De hecho un menor puede tardar 15 o más días en acostumbrarse a su nueva vida de estudiante.
Para ayudar en este proceso, es recomendable que los jardines permitan el ingreso de los padres para que acompañen a sus hijos durante más tiempo cuando el caso es extremo.
También se otorga la posibilidad de que en un comienzo los niños ingresen medio día y que, paulatinamente, vayan cumpliendo la jornada completa.
En los colegios suelen ser los primeros días los más conflictivos, después, como los niños ya tienen la experiencia del jardín infantil, se hacen amigos y continúan sin problemas su asistencia.
Considerando que falta alrededor de dos semanas para que se inicie el año escolar, el llamado a los padres es que lleven a sus hijos al establecimiento que los acogerá, lo recorran y conversen con los funcionarios. Esa actividad se convertirá en una gran ayuda para el menor que comenzará el desafío de ser estudiante.

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