Ayer fue formalizado Luis Fabián Bórquez Campos, de 25 años, quien es el autor confeso del asesinato del paradocente del Colegio Juan Bautista Contardi Manuel Menéndez González, en el tribunal de garantía de Punta Arenas.
Mientras el imputado bajaba de la patrulla policial para ingresar al edificio judicial, familiares y amigos de la víctima le gritaban “¡Asesino!”, mientras personal de Gendarmería escoltaba el acceso.
Bórquez fue detenido en Puerto Natales, ya que fue observado mientras transitaba en la vía pública portando un arma blanca. La fiscalía de Punta Arenas envió una orden verbal a la 2ª Comisaría para que detuvieran al individuo a las 20.50 horas. En breves minutos fue capturado y llevado al recinto policial, donde confesó el crimen y se dispuso su traslado inmediato a Punta Arenas.
Ante este hecho, el fiscal Felipe Aguirre junto al jefe de la 1ª Comisaría, mayor Hernán Benavides, se trasladó hasta el retén de Villa Tehuelches, donde entrevistó a Bórquez, que volvió a manifestar que era la persona que le quitó la vida al paradocente del Colegio Contardi.
Buscando compañía
La noche del 6 de febrero, Menéndez asistió junto a Raquel Barría Barrientos a una fiesta de matrimonio en dependencias de la 1ª Compañía de Bomberos. Cerca de las 4.00 horas del domingo 7, ‘Manolo’, como le llamaban familiares y amigos, abandonó el recinto y fue a dejar a su acompañante.
“Debo decir que estaba un poco intranquilo. Yo siempre en cumpleaños vi que bebía en forma normal, pero no tomó nada. Manolo dijo que en el matrimonio no conocía a nadie (...) luego de ir a dejarme me dijo ‘para la próxima te llamo’ y se marchó”, declaró Barría, quien fue la última persona cercana que vio con vida a Menéndez.
Luego el paradocente procedió a circular en su vehículo por las calles del centro de Punta Arenas, buscando a alguna persona para divertirse.
Según la confesión de Bórquez, esa noche asistió a una discoteca del centro de Punta Arenas. En  la madrugada se retiró y caminó por el centro de la ciudad.
En calle Magallanes, casi al llegar a Gobernador Benjamín Muñoz Gamero, la víctima divisó a Bórquez, a quien invitó a subirse al vehículo para beber y conocerlo, ya que nunca se habían visto. “Te llevo, te invito una cerveza”, habría dicho la víctima.
“El caballero me invitó a subir. Dijo que me llevaba y aparte me compraba alcohol y por eso accedí a subir al auto”, dijo el imputado.
Viaje fatal
Bórquez señaló que tenía sed y por eso
accedió. Primero fueron a la esquina de Señoret y Errázuriz a comprar alcohol, pero no había. Luego fueron una bomba de bencina ubicada en 21 de Mayo a comprar cigarrillos, pero tampoco había.
A pesar de que no encontraron alcohol para beber, el autor confeso no abandonó el auto de Menéndez y siguió charlando con él.
El paradocente continuó manejando hacia el sector sur de Punta Arenas. A la altura del Parque María Behety, Bórquez preguntó a donde se dirigían.
“Vamos a dar una vuelta nomás”, habría respondido el asesinado.
Mientras viajaban, Menéndez preguntaba a su acompañante cosas personales, a las cuales su verdugo contestaba.
Viajaron cerca de 15 minutos, hasta que llegaron al kilómetro 11 sur, en el sector denominado La Discordia. Menéndez detuvo la marcha del vehículo y se estacionó al costado derecho del camino.
“Cuando llegamos al lugar donde se estacionó, él me preguntó si yo ya sabía como era él (si conocía su condición sexual) y yo le dije que sí, que me había dado cuenta”, declaró Bórquez. “Yo le dije que bajáramos y ahí él procedió a hacerme tocaciones en mis genitales, por lo que me enojé y lo agredí”, dijo el imputado.
“Creo que le pegué unos tres combos en la cara y cayó al suelo. Luego le pateé la cabeza varias veces, para luego continuar pegándole puñetazos mientras yacía en tierra. Luego cayó en una zanja y comenzó a colocarse morado”, declaró.
Al darse cuenta de que había asesinado a Menéndez, Bórquez procedió a tapar el cuerpo con ramas que había en el lugar. Además, le sacó los pantalones.
“Tomé el auto y me fui a Punta Arenas. Eran las 6.00 horas, pero al llegar nuevamente a la altura del Parque María Behety tomé el celular del caballero y llamé a Bahamóndez, que trabaja en la disco en la que estuve. Le conté lo sucedido y que parecía que el ‘gallo’ había muerto”, declaró.
“La cagaste”, habría dicho Bahamóndez. Posteriormente, quedaron de juntarse, pero la reunión nunca se concretó. “Luego llamé a mi hermana y le dije que me había mandado un ‘condoro’ y que me perdonara, sin que le manifestara nada más”, explica.
Llamadas claves
El imputado fue condenado a cinco años de reclusión por un robo con violencia cometido en 2007, pero estaba bajo libertad condicional, por lo que firmaba los fines de semana.
“Fui a firmar como de costumbre en el auto del caballero. Luego compré combustible y conduje hasta el sector del Andino, a un lugar donde extraen arena. Rocié el auto y prendí fuego con el celular adentro”, declaró.
El imputado abandonó el lugar y siguió caminando hacia Punta Arenas. Luego abordó un vehículo que le dio un aventón hasta la ciudad.
Posterior a la desaparición de Menéndez, la fiscalía solicitó la información sobre las llamadas salientes del teléfono de la víctima, estableciendo que se habían realizado a los teléfonos pertenecientes a la hermana del imputado y a Bahamondez. Haciendo una ‘triangulación’, las investigaciones llegaron hasta el fono del autor confeso del crimen, el cual fue intervenido previa autorización judicial.
Aquellas conversaciones aportan un contundente cúmulo de pruebas que permitieron armar la acusación.
Según fuentes ligadas a la investigación, se sabía casi desde un principio que Bórquez había cometido el crimen, pero que faltaba hallar el cadáver del paradocente.
Bórquez fue formalizado por los delitos de homicidio calificado, incendio y hurto. La investigación durará cuatro meses.