Que alguien haya creído que con el nuevo gobierno las prácticas de los políticos iban a cambiar, está bien y en su derecho (mal que mal, junto a la idea del cambio, la promesa de una “nueva” forma de hacer política encantó a la mayoría)… Claro que a la luz de las nuevas nominaciones -algunas aún en veremos, la cosa no parece tan transparente… Piense en todo lo que demoró  las designaciones de intendente y gobernadores (y de paso el montón de cadáveres en el camino, y los que quedarán, por cierto), las movidas, las sugerencias (presiones suena muy feo) y la consabida “repartija” que dejó  algunos con heridas más que visibles. Al momento de los “quiubo” (como decimos por acá), cada uno vela por sus parcelas y el que tiene la mejor “muñeca política” se impone a los otros. Punto, así funciona el sistema. “Que nos demoramos por el terremoto, que estamos seleccionando a los más idóneos, que se está estudiando la mejor opción, que… etcétera”… Está bien, son declaraciones que ya conocemos, de buena crianza y que intentan alejar eso del “cuoteo político”, tan, pero tan criticado y abominado en la administración anterior... ¿Usted cree eso?... Está en su derecho… Es como la imagen de la dupla cómica Melón y Melame: uno habla, gesticula, dice, promete, pero es otro el que decide, ordena y manipula. Frente a estos acontecimientos es de esperar  que la promesa original se cumpla, que realmente prime el bienestar ciudadano y no el interés pequeño del partido tal o cual. Es de esperar que prevalezca el sentido común (el menos común de los sentidos, en realidad) y que –de una vez por todas-nuestra clase política se “deje de dar la hora”… Hay un país que espera un trabajo serio, alejado de los intereses particulares, de las rabietas frente a la tele: que tú,  que ustedes,  que nosotros… Ya basta de estupideces: hay un país que levantar, hay comunas que esperan actuaciones con altura de miras y no como ese intercambio de insultos y groserías de nuestros consejeros municipales y el alcalde… Penoso, patéticamente penoso… En fin, como tantas veces, es lo que hay no más. Para ustedes, como siempre un abrazo.
P.S.: menos para los payasos que aún no entienden el verdadero significado de hacer política.