Cabo de Hornos: “La sepultura del diablo”

General
28/03/2010 a las 12:13
El escritor chilote Francisco Coloane se refiere a este mítico hito geográfico de esa forma y no es para menos si se toman en cuenta los vientos y las olas que pueden alcanzar 30 metros de altura.
El Cabo de Hornos tal como hace cuatro siglos, sigue siendo uno de los mayores retos náuticos para los marinos de todo el mundo. Siempre imponente, vigilante, celoso y a la espera para ser desafiado. Variados factores se combinan en torno suyo convirtiéndolo en uno de los hitos marítimos más peligrosos: algunos son las duras condiciones de navegación propias del océano austral, la geografía del paso al sur del cabo y la extrema latitud austral de éste 56ºS.
Los vientos que prevalecen en las latitudes bajo los 40ºS pueden moverse de oeste a este alrededor del planeta debido a la inexistencia casi absoluta de tierra, por lo que esta zona recibe el título de los “cuarenta bramadores”, seguidos por los “cincuenta furiosos” y los aún más violentos vientos de los “sesenta aulladores”. Estos vientos hacen que la mayoría de las naves que viajan desde el este, traten de mantenerse lo más cerca posible de la latitud 40ºS; sin embargo, al rodear el cabo de Hornos, las naves deben adentrarse necesariamente a aguas de latitud 56º, en la zona de los vientos más fuertes. La fuerza de estos vientos es exacerbada en la zona por el “efecto embudo” provocado por los Andes y la Península Antártica, canalizando las masas de vientos al Pasaje de Drake.
Los fuertes vientos del Océano del Sur provocan a su vez altas olas, las cuales pueden alcanzar grandes dimensiones. Adicionalmente, la zona al oeste del cabo de Hornos es particularmente conocida por sus olas gigantescas que pueden alcanzar alturas superiores a los 30 metros, pudiendo convertirse tal cual escribió Francisco Coloane en su libro Cabo de Hornos en  “La Sepultura del diablo”
“Los marinos de todas las latitudes aseguran que allí, a una milla de ese trágico promontorio que apadrina el duelo constante de los dos océanos más grandes del mundo, en el Cabo de Hornos, el diablo está fondeado con un par de toneladas de cadenas, que él arrastra, haciendo crujir sus grilletes en el fondo del mar en las noches tempestuosas y horrendas, cuando las aguas y las oscuras sombras parecen subir y bajar del cielo a esos abismos...”.
Las investigaciones respecto de naufragios en el Cabo de Hornos corresponden sólo a documentación bibliográfica recopilada por diversos historiadores. Hasta ahora no se han realizado investigaciones de arqueología submarina histórica que den cuenta de esos naufragios.
El principal autor que entrega antecedentes de naufragios es el historiador naval Francisco Vidal Gormaz. El uso generalizado de embarcaciones a vela en fechas pretéritas, potenciaba la travesía por mares abiertos, como el Cabo de Hornos, debido a que las protegía de encallar o naufragar en las costas de los canales al ser arrastrados por vientos desfavorables. Sin embargo, el desconocimiento de la zona por los navegantes y las características del Cabo tienen como consecuencia una gran cantidad de naufragios y otros siniestros ocurridos en esta área de los mares del sur.

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