
El obispo de Magallanes, monseñor Bernardo Bastres, se manifestó con respecto al caso de T.M. que se aplicó un aborto por medio de medicamentos, y que actualmente está en cuidados intermedios, señalando que “una cosa es el pecado, otra cosa es el pecador. Nosotros en ningún caso condenamos a la mujer, yo creo que si ella llegó a abortar, tiene que haber alguna situación profunda que merece respeto, compañía y comprensión”. El acto de matar a un niño en gestación es para la iglesia de gravedad absoluta, ya que la religión postula que la vida tiene que ser respetada desde la concepción hasta la muerte natural. Bastres realizó un llamado a la comunidad, invitando a la gente a considerar que “antes de llegar a cometer un aborto, hay que pensar que existen otros medios que se pueden utilizar como la adopción, ya que siempre hay alguien generoso que estará dispuesto a adoptar un niño”.