
En este mundo, donde el Estado y el sector privado comienzan a establecer un rol protagónico, donde la sociedad civil, la sociedad castrense, los políticos de uno u otro color, deben dejar intereses de lado por el bienestar común de una nación.
En el sector empresarial, el mundo minero, bancario, retail y otros, se han destacado hace algún tiempo por el concepto en su gestión de negocios de ser socialmente responsables (RSC), lo cual trae consigo una fuerte preocupación por lo social, ético, medioambiental y los derechos humanos, es así como hemos podido ver en diferentes escenarios como se desarrolla, cada año, un enorme trabajo con las comunidades, con la sociedad, de compromiso con el medioambiente y con la transparencia.
En el último mes, tras la tragedia acontecida en la zona centro-sur del país, no ha sido la excepción, grandes empresas privadas, han puesto no sólo dinero, sino también asistencia, compromiso en recursos humanos y logísticos, para ayudar en un compás de padrinos, a muchos pueblos recónditos y que no necesariamente son las comunidades con las cuales trabajan día a día, casos hay muchos y debemos valorarlos.
En este escenario, cuando escuchamos a muchas personas que dicen: ¿esto es responsabilidad social? y que para algunos puede ser innecesario este planteamiento, nos queda una duda. ¿Tenemos clara la diferencia entre RSC y Filantropía?, para comenzar a dilucidar esto paso a entregar algunos puntos por lo cual hago la diferencia y creo que se cae en un error positivo, y digo aunque suene incongruente positivo, porque ambas líneas son, hoy por hoy, necesarias y bienvenidas.
La filantropía es un concepto que viene de siglos atrás, donde el más pudiente ayuda al desvalido, ayuda al ser que lo necesita y con eso es capaz de ayudar premiando a personas, grupos, sectores que él estime que lo ameritan. Es solidaridad pura, es asistencialismo neto, es ayudar sin esperar nada a cambio.