
A esto se puede agregar, que la esperada Regata Bicentenario, a raíz del terremoto y posterior tsunami del pasado 27 de febrero, sólo tuvo un carácter conmemorativo y no de celebración y carnaval como lo esperaban estos comerciantes, que vieron mermadas sus ventas en aproximadamente un 50%, según lo que relatan.
Otros comerciantes agregan que es necesario que, actualmente, se regule la actividad en dicho lugar, puesto que alegan que ellos deben pagar la suma de $ 18.000 por hacer uso del carrito, y así cumplir con todas normas impuestas para ejercer la actividad en la vía pública. Agregan que las personas que llegan por el día a vender productos de baja calidad y de dudosa procedencia “no hacen más que restarnos crédito con los viajeros y perjudicarnos directamente en el bolsillo”, sentenció uno de los artesanos.