
Afortunadamente, la mayoría de estos trastornos fueron menores, no teniéndose que lamentar ningún tipo de accidente, producto de las intensas rachas. Es por ello, que la caída de un letrero en la intersección de avenida Bulnes con calle Pedro Sarmiento de Gamboa y el desplome de un árbol en el nudo de la misma avenida con calle Ovejero,... fueron oportunamente retirados por personal de la Oficina de Emergencias de la Dirección de Operaciones de la Municipalidad de Punta Arenas.
Sin embargo, en la Población Archipiélago de Chiloé, ubicada en el sector sur de la ciudad, se registró un grave daño a la propiedad de la familia Pérez Vargas, que llegó a vivir a ese hogar hace dos años, cuando fue otorgada la vivienda.
Durante la noche del sábado y mientras veían televisión, un estruendoso ruido los hizo saltar de la cama y salir rápidamente de las habitaciones. Como lo intuían desde que comenzaron a habitar allí, la techumbre del departamento se había desprendido, viniéndose completamente abajo el cielo raso, quedando sus enseres enterrados bajo la estructura.
“No queremos vivir más acá, ya reclamamos una vez de que esto iba a pasar porque cuando hay viento las ventanas se hinchan y todo se remece. Mi hijo ya está ‘traumado’ con los ruidos y dice que no quiere volver”, relató Virginia Vargas, propietaria del departamento, ubicado en el cuarto y último piso del edificio.
La Municipalidad de Punta Arenas los trasladará momentáneamente a una residencial, hasta que les hagan factible un arriendo por más tiempo.
Al respecto, el seremi de Vivienda, Christian Matheson, afirmó que van a pedir un informe al Serviu acerca de todos los daños mayores detectados en las viviendas, con el fin de exigir a las empresas constructoras que reparen los perjuicios causados por el viento, en el caso de seguir vigente la responsabilidad civil de cinco años, que tienen después de hacer entrega de los inmuebles.