
Es recurrente que gente llame para preguntar direcciones, para realizar bromas o pitanzas, consultar números telefónicos o para dar falsas alarmas, lo que se traduce en el gasto de materiales de la institución y en que funcionarios de Carabineros salgan raudos y no estén disponibles en caso de una emergencia real.
Desde Carabineros informaron que cuando se contesta alguno de estos llamados, la línea queda ocupada y alguien que de verdad necesita comunicarse con la central telefónica, no logra contactarse.
Además recuerdan que, aparte del número 133 para emergencias, tienen el 135 que es el fono drogas, el 139 que es el de informaciones policiales, el 147 que es el fono niños y el 149 que conecta con el fono de la familia.
Estas malas prácticas se repiten con el fono 131 del Samu y el 132 de Bomberos.