Fiscal regional consiguió condena y prisión para abusador sexual

General
15/05/2010 a las 09:15
Unánime fue el veredicto condenatorio de los jueces en contra de Simón Francisco Osorio Cárdenas. La segunda Sala del Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de Punta Arenas, integrada por José Flores Vásquez, Jovita Soto Maldonado y Fabio Jordán Díaz, lo encontró culpable del delito de abuso sexual en contra de una niña de 14 años. Y, peor aún, “el carácter de reiterado”,  lo agrava la situación.
Fue el propio fiscal regional Juan Agustín Meléndez quien tomó en sus manos este juicio, asistido por la fiscal (s) de Puerto Natales Wendolinne Acuña. Al abandonar el tribunal se le veía complacido por este “triunfo” judicial.
“El veredicto se ajusta exactamente a lo que nosotros solicitamos, vale decir la comisión de un delito de abuso sexual, en carácter de reiterado, conforme a la investigación realizada por la fiscalía de Puerto Natales”, comentó Meléndez.
Familias amigas
El caso de esta menor abusada es bastante particular, porque se vieron involucradas dos familias amigas. Eran vecinos, en la ciudad de Puerto Natales, y siempre compartían juntos. Se visitaban y muchas veces celebran los cumpleaños de los hijos. Incluso, en más de una ocasión se turnaban para llevarlos al colegio o para ir a buscarlos a una fiesta.
Esta sana confraternidad se vio interrumpida abruptamente cuando uno de los jefes de familia rompió la relación de confianza. En octubre del año 2008, el ahora condenado, al interior de su vehículo, “con abuso de confianza y mediante el uso de la fuerza física, procedió a realizar tocaciones con sus manos, de clara connotación sexual, en todo el cuerpo de la menor”, consigna la acusación fiscal, con los hechos que llevaron a Osorio a juicio.
La investigación estableció que “el imputado se aprovechó de la confianza que provocaba en la niña por tratarse del arrendatario de un inmueble de propiedad de sus padres”. En una ocasión la subió a su auto y le ofreció llevarla a la casa, momento en que se desvió del camino con el pretexto de tener que pasar a buscar a un amigo, “dirigiéndose a un sector eriazo que se encuentra al comienzo del camino a Dumestre, lugar en el que consumó el primer delito”.
En las semanas siguientes repitió estos abusos, dos a tres veces por cada semana, usando siempre el “modus operandi”. El último de los episodios ocurrió el 4 de noviembre de 2008, al interior del mismo vehículo.
Cuando el padre de la víctima declaró en el juicio, relató a los magistrados el grado de afectación que aún presenta su hija y que por lo mismo debieron abandonar Última Esperanza para irse a vivir a la Región de los Lagos. “Nosotros con él (Simón Osorio) teníamos una muy buena relación. Nos llevábamos bien, porque los hijos de él y los míos son de la misma edad y era tanta la confianza que dejábamos que nuestra única hija (los otros son hombres) fuera a su casa”.
Un día estaba en el taller de un amigo, cuando recibió un llamado de la esposa pidiéndole que se fuera de inmediato a la casa. Al llegar la hija lloraba angustiada. “Fue el día en que reventó, porque no aguantaba más, y decidió contar todo. A partir de ahí entendimos los cambios que había tenido nuestra hija”.
El padre dijo que antes de estos episodios era una joven alegre, deportista y buena alumna. “Luego cambió abruptamente su forma de ser. No quería hacer deporte y comenzó a desmotivarse”.
A prisión
Dos grandes golpes recibió ayer el acusado. El primero fue el veredicto condenatorio y luego que, a petición del fiscal regional, los jueces lo enviarán a cumplir prisión preventiva a la espera de la sentencia, que se dará a conocer el próximo miércoles, a las 12,00 horas, siendo que desde que se inició este proceso judicial nunca permaneció privado de libertad.
Aunque desde ya el abogado defensor, Juan Ignacio Lafontaine, anunció que apenas tenga el fallo estudiará el mejor argumento para presentar un recurso de nulidad ante la Corte de Apelaciones, por considerar injusto el veredicto.

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