
En su homilía, el sacerdote se refirió a la parábola del Buen Samaritano, destacando cómo cambia la vida del otro no sólo cuando uno de detiene a prestar ayuda, sino también qué sucede cuando no se hace. “El reciente terremoto que azotó a nuestro país nos dejó esta lección, ya no somos solitarios, sino solidarios. Esta generosidad creativa se ha manifestado en tantas personas e instituciones siendo un ejemplo de ella la Armada de Chile”, precisó
En la ocasión, además, resaltó la gesta heroica de Prat como un hombre que cumplió con su deber más allá de lo esperado e hizo un llamado a los asistentes a tener una vida coherente como el héroe la tuvo. “Su muerte fue consecuencia de su vida, pasó por este mundo haciendo el bien. No está de más entonces, tener presente que lo heroico de la vida de una persona, teniendo como paradigma absoluto a Cristo Jesús no es sólo la forma en que se muere o la realización de hechos puntuales, sino la forma en que se vive, lucha, trabaja y anima la esperanza de otro”, expresó.
El presbítero agregó: “Esto fue lo que ocurrió con Arturo Prat, lamentablemente se le rinde homenaje por la forma en la que murió, pero poco se le recuerda en la forma en que vivió. Hombre honrado y de bien, esposo y padre ejemplar, jurista y constitucionalista inminente y hombre profundamente religioso”, precisó.
Desfile
Una vez finalizado el Te Deum, las autoridades se dirigieron hasta la plaza Prat -ubicada en la intersección de avenida Colón y Quillota-, para dar inicio al tradicional desfile cívico-militar del Día de las Glorias Navales, donde más de 600 efectivos marcharon frente al pabellón patrio.
En la ceremonia que se extendió por poco más de una hora se depositaron a los pies del monumento a Arturo Prat Chacón, diversas ofrendas florales y también se condecoró a tres funcionarios que cumplieron 30 años de servicio en la Armada de Chile. Pese al frío reinante la actividad tuvo un buen marco de público, donde sin duda el momento más emotivo se vivió a las 12.10 horas con el disparo de los 21 cañonazos, momento exacto en que hace 131 años la Esmeralda se inclinaba de proa para hundirse en la rada de Iquique.
Luego de ésto, los integrantes del Club de Cueca Arturo Prat brindaron a las autoridades el tradicional pie de cueca y brindis en cacho.
El comandante en jefe de la Tercera Zona Naval, contraalmirante Rafael González, aseguró que “la imagen de Prat se encuentra más vigente que nunca. Creo que Prat es un faro que no sólo ilumina a los viejos marinos, sino también a la juventud que sigue pensando en valores permanentes”.
Su discurso se basó fundamentalmente en la tarea que deberá cumplir la marina en la reconstrucción del país. “El Prat de antaño sigue vivo en los hombres de la institución. Esto se ve reflejado en el aporte que han hecho en momentos difíciles por los que ha atravesado nuestro país, donde ha destacado la solidaridad, entrega, desafío y esfuerzo”, precisó.